domingo, 15 de septiembre de 2013

Tú, Mi Obsesión Cap. 29: Cuando El Paraíso Arde

Los personajs pertenecen a Stephenie Meyer, la historia es mía.

Vengo cayéndome a pedazos Y tú me mantienes unida
Vengo cayéndome a pedazos Y no puedo soportar esta presión
Toda tu gracia y encanto hacia mí son algo que no puedo comparar.
Vengo cayéndome a pedazos. Esto no puede durar para siempre.
No puede durar para siempre.
Tú eres el ojo, pero yo lloro todo el tiempo
Siempre estás ahí para sostenerme, pero yo nunca me vengo abajo
Reconstruyendo todas las piezas que dejo en mi camino
Supongo que sabes que en el control
Yo creo caos.

Capítulo 29: Cuando El Paraíso Arde.
Abro los ojos y Edward ya está despierto, está recargado sobre su brazo y me mira a los ojos.
Buenos días murmura.
¿Qué horas son? pregunto, casi olvido lo que ha pasado a noche.
Casi las diez, pero no te preocupes. No hay prisa.
Suspiro y miro al cielo raso de la habitación.
¿Qué va a pasar con nosotros, Edward?
¿Qué quieres que pase?
Lo miro ¿Quieres por una vez no dejar que yo elija sola?
Pues es que si me dices que vas a irte… yo no podré hacer nada al respecto.
No quiero irme respondo y él me abraza a su pecho.
Entonces no lo hagas. Moriría si lo hicieras.
¿Crees que mi reacción fue exagerada? pregunto.
Desde luego que no, entiendo perfectamente que habrá veces en las que te cueste creerme.
Yo espero que en verdad entiendas mi punto murmuro Todo esto es algo difícil para mí. Tener que afrontar todas esas preguntas… cierro los ojos y agito la cabeza tratando de olvidarlo Siento que jamás podremos estar juntos tranquilamente… que esta batalla jamás terminará, que será eterna.
Él se incorpora sobre la cama y me mira con ojos excitados Cásate conmigo, casémonos ahora.
Frunzo el entrecejo ¿Qué? suelto una pequeña risa.
Sí. Casémonos ahora, así entonces el mundo sabrá que ni mil demonios podrán separarnos. ¿Qué dices?
Edward, no lo dices en serio digo Estamos discutiendo por sobre cuánto durará el amor que me dices que me tienes.
Encoje los hombros No imagino otra cosa mejor para demostrarte mi eterno amor hacia ti que uniéndonos para siempre. Anda Bella, casémonos. Es apresurado pero ¡¿Qué importa?! Te amo, me amas, tenemos un bebé en camino… que se joda el mundo
Sonrío abiertamente aún si poder creérmelo.
¿Qué dices? pregunta Aunque sé que tú quieres una boda religiosa a la que invites a tu papá, te prometo que la haremos. La haremos como tú quieras. Pero cásate conmigo ahora.
¿Y dónde? esbozo una carcajada.
Pues en dónde va a ser… en Las Vegas. Anda Bella, por favor.
Me muerdo el labio mientras jugueteo con el anillo en mi dedo.
susurro apenas audiblemente, pero eso es suficiente para que él me levante de la cama y me gire por toda la habitación.
Te amo Bella, te amo.
OoO
Rachel está de una habitación de hotel y espera mientras el hombre que se ha conseguido en la calle le traiga el trago que le prometió.
Él llega, un hombre alto y con la sombra en el rostro de que alguna vez en sus años de juventud fue bien parecido…  y de ojos verdes. Con una sonrisa de dientes algo amarillentos por tono natural él le da la copa.
Toma, linda.
Rachel se pregunta cuán urgido de una mujer tendrá que estar el hombre frente a ella al que no le importa que ella apeste a medicina y tenga cicatrices en las manos y las muñecas. Ella se levanta y se cruza de piernas en un acto muy exhibicionista.
Vamos extraño le guiña un ojo.
Jack, me llamo Jack dice él.
Vamos Jack repite Los dos sabemos para qué estamos aquí.
¿Para toma una copa, no? responde el, inseguro.
Ella sonríe, y no sabe si porque en serio le causa gracia o por pura cortesía.
Ven aquí llama ella.
Jack se acerca y ella lo envuelve entre sus brazos y lo besa con pasión, sin previo aviso ella desabrocha el cinturón y tira de los calzoncillos hacia abajo. Jack está incrédulo, pero no le importa. Está a punto de hacer el amor con una mujer hermosa… luego de más de un año sin hacer el amor o de tener cualquier contacto físico con cualquier otra persona desde que su novia le había abandonado por otro, las caricias de Rachel se le antojan a gloria. Gime con tan sólo un toque en el abdomen y ella lo besa, pensando que es Edward. Imaginándolo.
Y así… ambos absortos en su imaginación y en la fricción de sus cuerpos golpeando acompasadamente contra la pared Rachel lo siente cerca, y ella lo sabe… lo sabe.
Y entonces, justo en el momento en el que Jack gruñe en su oído y se vacía en su interior, saca la pistola que lleva escondida en el bolso y la pone sobre la cabeza de Jack y jala del gatillo sin ningún miramiento.
El hombre cae al suelo y ella sonríe y vuelve a llegar al orgasmo cuando ve la sangre derramarse en el suelo.
Qué experiencia más maravillosa murmura para sí misma.
Le quita el silenciador al revólver y besa la punta aún caliente. La guarda en su bolso y mira a Jack, se inclina.
Pobrecito Edward, mi vida… sabes que te amo ¿cierto?
Se levanta, se termina el trago que jamás comenzó a tomarse y finalmente sale de su habitación emocionándose pensando cuánto tiempo pasará antes de que los encargados del hotel descubran el cuerpo.
OoO
Es de noche y hemos llegado a Las Vegas, las luces ciegan mis ojos, es impresionante.
Nos alojamos en el mejor hotel de la ciudad y me molesto un poco.
¿Por qué te gusta derrochar el dinero? le pregunté cuando alquiló la habitación más cara.
Porque puedo… ¿de qué sirve tener dinero a montones si no vas a gastarlo?
Ahora estábamos los dos dejando nuestra pequeña maleta en la cama. Lo que haremos aquí será cosa de un día… o de una noche.
De camino para acá Edward me compró un hermoso vestido para la ocasión. Me lo pongo y me maquillo, Edward sale del vestidor con su traje negro viéndose asombroso.
¿Lista?
Lista.
Pedimos un taxi y en cuestión de minutos estamos frente a una de esas pequeñas iglesias que casan a la gente en cuestión de un minuto.
¿Quieres que esto salga publicado en los periódicos? me pregunta cuando entramos a la capilla.
¿Por qué?
Pues para saber si tengo que dar mi nombre real o uno falso.
Yo sonrío Quiero que todo el mundo lo sepa contesto con vehemencia.
Nos acercamos al hombre que hay en el pequeño mostrador.
Buenas noches, servicios Love Falls ¿en qué puedo ayudarles?
Queremos casarnos dice y a mí se me acelera el corazón ante la sola palabra.
Nos pide nuestros nombres y luego, una identificación. Después estamos frente a la cruz y el hombre abre la pequeña biblia.
No escucho sus palabras, estoy absorta en el momento. No puedo creerlo. De pronto, sin más… nos vamos a casar. De manera fortuita y… Dios, de manera libre.
¿Y tú, Isabella, aceptas a Edward como tu legítimo esposo para amarlo y respetarlo por toda la eternidad?
Una sonrisa de aquellas divide-rostro aparece en mi cara Acepto.
Los declaro marido y mujer, puede besar a la novia.
Edward me toma por la cintura y me besa al estilo Hollywood.
Gracias, nena susurra sobre mis labios.
Los dos salimos como dos adolescentes que acaban de darse su primer beso de aquella capilla. Y prácticamente estamos brincando en vez de caminar.
Afuera la noche es joven, y los autos pasan y yo aún tengo el pequeño ramo de flores en mis manos. Una pareja que pasa a toda velocidad se detiene a mirarnos y a ambos nos gritan:
¡Felicidades!
Edward se adelanta unos pasos y se queda quieto, luego suspira sonoramente y finalmente grita, de felicidad pura. Me alza en volandas y me gira una y otra vez.
¡Te amo, te amo, te amo, te amo! ¡Oh, Bella!
Los dos parecemos dos niños en Navidad.
¿Qué quieres hacer ahora? pregunta.
¿Por qué no nos emborrachamos un poco? digo en broma y él ladea la cabeza.
Pues… tocará emborracharnos con sólo Diet Mountain Dew, ¿te parece?
Mientras sea contigo…
Cuando llegamos de nuevo al hotel me carga al estilo novia y me deposita en la cama.
Los dos nos quedamos así un momento admirando los respectivos anillos del otro.
Ahora sí puedo decirte que eres completamente mía.
Con una lentitud desgarradora me quita una a una todas las prendas que llevo.
Sus dedos trazan círculos desde el valle de mis pechos hasta uno de los tirantes del brassiere, su dedo se engancha en él y lo desliza por mi hombro, atraviesa su dedo lentamente hasta llegar al otro tirante y lo desliza de igual manera, sin quitármelo completamente.
Su dedo índice pasa por una línea imaginaria en mi vientre y se detiene en el centro y deposita un beso suave. Continúa su camino por mis piernas y pasa su lengua por toda su longitud.
Tienes unas piernas hermosas alaba Adoro cuando me envuelves entre ellas.
Me retuerzo… necesito… necesito… ¿qué necesito? No lo sé… solo lo quiero.
Las yemas de sus dedos acarician con la fuerza de una pluma mis caderas y mis nalgas, pero nunca llega a donde el fuego crece y me consume, sólo baja su cabeza y presiona su nariz en mi pequeño botón.
Edward… gimo.
De pronto él me gira sin previo aviso y me deja boca abajo. Con una mano aparta el cabello de mi nuca y aspira profundamente.
Tu olor es como la promesa del paraíso murmura.
Lentamente baja por mi espina dorsal y hace lentos movimientos por mis costados. Su mano se cuela por entre mis piernas y tocan mi clítoris, y con el dedo índice comienza a estimularlo sin ninguna prisa, torturándome más de lo que puedo soportar.
¿Qué es lo que más te excita, nena? pregunta.
Yo, tumbada en la cama y abandonada a sus caricias regreso al presente y me toma unos minutos contestar lo que ha dicho.
Tu voz en mi oído susurro.
Siento su sonrisa y cuando pega su boca a mi oído.
¿Así? ¿Te gusta esto? lo dice muy cerca de mí y puedo sentir su aliento fresco en mi mejilla. Tiemblo. ¿Qué más? retoma.
Cuando gruñes mi nombre.
Y él lo hace una y otra vez.
¿Qué más? sus dedos nunca dejando de hacer magia en mi centro.
Me gusta que me lo hagas duro acepto por primera vez.
Su sonrisa torcida sale a relucir.
A mi Bella le gusta duro…
Besa mi cuello y sus movimientos con sus dedos mágicos comienzan a acelerarse hasta volverse insoportables. Su cuerpo me presiona contra la cama y no me permite retorcerme y arquearme como quisiera. Un calor conocido y bienvenido se instala en mi bajo vientre, estoy taaan cerca… Pero de pronto sus movimientos se detienen en seco y yo gimo de frustración.
Sus dedos recogen toda mi excitación y la llevan hacia atrás, esparciéndola por entre mis nalgas justo ahí.
Me asustó, ¿qué es lo que va a hacerme? Dios, no sé si quiero pararlo o dejar que siga. Su cierre cruje detrás de mí, y su amenazante erección se descansa en mi trasero.
Sus manos se colocan a cada lado de mi cuerpo de manera que no soporto nada de su peso, su boca en mi oído respirando rápidamente, excitado y con prisa.
Llevo queriendo hacer esto contigo por mucho tiempo, ya no puedo esperar dice Relájate nena, y respira hondo. Dolerá un momento.
Respiro por la boca, estoy hiperventilando. Santo Cielo.
Edward me separa un poco las piernas y atraviesa una de sus manos por mi vientre alzándome ligeramente de la cama, mientras que la otra me sujeta por el cuello manteniendo mi rostro alzado.
Sólo disfruta, nena. No pienses, no pi… la palabra se corta en sus labios cuando me penetra por ahí.
Suelto un grito de dolor.
¡Ahhh!
Sht dice bajo Sólo será un momento… sólo un momento de dolor. Respira.
Tomo una inhalación profunda y suelto el aire lentamente, lo hago dos veces más y luego Edward se inclina y me besa la boca.
¿Ahora estás mejor? pregunta y yo asiento.
Toma con fuerza mi cintura y se mueve una vez y gruñe.
Cristo… esto se siente fantástico farfulla.
El dolor va disminuyendo a medida que sus movimientos se vuelven más continuos. Oh, Edward tenía razón. Esto se siente genial. Gimo por lo bajo una y otra vez.
¿Te gusta tanto como a mí? inquiere.
Sonrío Sí…
Unas cuantas veces más dentro y luego sus manos se aprietan sobre mi cuerpo y su cabeza descansa sobre mi espalda cuando su pelvis se encuentra con mis caderas y juntos llegamos al orgasmo, tan arrasador y violento que tenemos que dejarnos caer en la cama porque nuestras extremidades se vuelven de gelatina.
OoO
Despierto de mi reparador sueño y tengo la espectacular vista de ver a Edward dormido con su mano entrelazada con la mía. Nuestros anillos están juntos en una extraña unión.
Sonrío como boba. A pesar de que no ha sido una boda convencional siento que ha sido la mejor del universo. James viene a mi mente, pero ya no me pone triste, él me dijo que lo único que quería es que yo fuera feliz, no importaba con quién.
James me amaba, pero de un modo tierno, algo que jamás se comparará con el amor que Edward tiene hacia mí, un amor loco y fascinante.
Lo único que me molesta es la actitud que adopté ayer pero es que todo se me juntó. Victoria, Rachel… el embarazo. Este bebé me pone susceptible a todo, ahora veo cuán absurdo es pensar que Edward ya no me ama. ¿En qué carajo estaba mi mente?
Siento el dedo de Edward hacer una caricia en mi entrecejo.
Se te va a hacer una arruga dice aún con voz somnolienta ¿En qué piensas?
Lo miro y sonrío En que soy feliz contesto y mis dedos comienzan a hacer un camino descendente por su cuerpo Y en que me gustaría repetir nuestra nueva experiencia.
Edward detiene mi mano y se coloca encima cuando su boca comienza a trazar un camino de besos por todo mi cuerpo, y cuando llega a mis pies tira de mí hacia abajo.
Es usted una insaciable… señora Cullen sonríe sensualmente y me carga en su hombro, llevándome hacia el jacuzzi y haciéndome feliz de nuevo ante la mención de mi nuevo nombre.
OoO
¡Ah…! Edward… Dios…
Me dejo caer en la cama y el arrasador orgasmo sigue recorriendo mi cuerpo. Edward se cierne sobre mí y me sonríe traviesamente.
¿Te ha gustado?
Me mojo los labios con la lengua y paso saliva para contestar. Tengo la boca seca de tanto gritar.
¿Que si me ha gustado? Voy a agregarlo a la lista y ocupará alguna de las primeras posiciones.
Se tumba a mi lado y deposita su mano en mi cintura.
¿Llevas una lista?
¡Pero claro! Bueno… una lista mental.
Y dime… su dedo comienza a reseguir la curva de mi cintura ¿Cuál es el que ocupa la primera posición?
Esbozo una sonrisa tierna El de la primera vez que me hiciste el amor.
Sonríe Llevo aquel momento marcado en todo mi ser para siempre, Bella.
Me muerdo el labio y me atrevo entonces a hacerle la pregunta que quise hacerle a la mañana siguiente luego de que él me hiciera el amor por segunda vez.
¿Qué es lo que sentiste en aquel momento? Quiero decir… a nivel físico.
Frunce el cejo Creo que no entiendo del todo tu pregunta.
Me sonrojo Quiero saber… lo que sentiste cuando entraste en mi por primera vez ¡Ya! Lo solté.
Exhala por la boca y se muerde en labio inferior. Mis ojos de inmediato distraen por causa de aquella acción.
¿Cómo explicarlo? comienza Te desnudé… acaricié tu cuerpo y luego te vi ahí… tumbada sobre la cama con tus mejillas rojas y ardientes y con tus piernas hermosas invitándome a entrar ahí donde nadie antes. Tu cabello estaba todo alborotado y tú eras sólo respiraciones erráticas. Estaba tan excitado… había deseado poseerte como un animal en cuando entraste a mi oficina, al verte aquel día lo primero que quise fue cerrar la puerta de la oficina, tumbarte sobre el escritorio y acabar con mi martirio pasa saliva y creo ver en su rostro una sombra de arrepentimiento Sin embargo cuando te vi aquella noche toda sonrojada, virgen y dulce… supe que no podría tomarte como un alcohólico una copa de licor. Así que lo hice con calma, en ningún momento cerré los ojos, no quería perder de vista ninguna de tus expresiones. Cuando entonces entré en ti me costó todo mi autocontrol no volverme loco y correrme ahí mismo. Estabas tan hermosa gimiendo y diciéndome que acelerara mis movimientos que creí que moriría.
Bajo la vista sintiéndome culpable.
Esa misma noche… mejor dicho madrugada, me desperté porque no te sentí a mi lado y me levanté, sintiéndome feliz y dichosa, entonces te escuché hablando con Victoria. Me sentí tan mal en ese momento, pero luego, a pesar de sentirme así, dejé que me hicieras el amor otra vez. Soy una hipócrita ¿no lo crees?
Él niega rotundamente Te lo he explicado miles de veces, Bella. Yo no estaba enamorado de ella, ni siquiera un poco atraído.
Pero ustedes tenían sexo la frase sale de mi boca antes de detenerla.
Él asiente Sí, pero era sexo por compromiso contesta y luego de eso creo oírlo susurrar demasiado bajo como para poder asegurarlo: “pensaba en ti todo el tiempo”
Me abrazo a su cuerpo como una hiedra y aspiro su aroma Quiero contártelo todo, Edward. Aunque mi vida no es muy emocionante, bueno, hasta que tú entraste en ella. Pero quiero contártelo todo, no quiero ningún secreto entre nosotros. Estamos casados y lo sé todo de ti, me lo has contado.
Él se queda con la vista dirigida hacia el infinito.
Claro que sí. Te lo he contado todo.
Sonrío y entonces comienzo a contarle hasta los más pequeños detalles de mi existencia.
OoO
Anne forma un lindo moño con el lazo alrededor de la caja para pastel, que contiene el pie de manzana que ha preparado.
Cuando está segura de que se ve perfecto se levanta de la mesa y le lleva el pastel a Esme.
Mira, se lo he preparado a Bella explica Sé que no he empezado bien con ella, pero se ve una buena chica. ¿Podrías ir al apartamento de Edward a dejarle este postre? Pero dile que lo preparaste tú, si le dices que es mío, seguro no se lo comerá y lo botará a la basura, no le agrado.
Oh, Anne. Pero eres encantadora. Bella es así porque… simplemente es muy protectora para con Edward. Pero no te preocupes, yo les llevaré éste pie.
Anne le sonríe abiertamente, pareciendo la tía amable que quiere caerle bien a la novia de su sobrino favorito. Nadie podría adivinar que tiene la mente quizás hasta más retorcida que Hannibal Lecter o Ed Gein.
OoO
Llegamos por la tarde al departamento. Edward me dijo que podíamos quedarnos unos días más en Las Vegas, pero yo no he querido. La verdad, es que no me llaman la atención los casinos o alguna cosa parecida. Agradecí que en el aeropuerto no hubiera nada de presa o algo por el estilo. Tal vez ya se les olvidado el escándalo y estarán detrás de las costillas de otro.
¿Qué estás leyendo? pregunta por sobre mi hombro.
Estoy sentada en el sofá de la estancia, con las piernas extendidas y los pies descalzos.
Tess la de los D’Urberville respondo.
Él no se muestra satisfecho con mi respuesta.
Esa es una historia muy trágica ¿no crees? Deberías leer cosas más alegres.
No es trágica defiendo Es sólo… una chica que escogió al hombre correcto.
Él alza una ceja y me mira como si me estuviera saliendo una tercera cabeza.
¿Pero qué dices? ¿Hombre correcto? Será que estás leyendo una versión diferente… vacila.
Sonrío Estoy leyendo la historia auténtica.
Pero...
Me inclino un poco hacia adelante.
Siempre he sentido al leer esta historia que Tess se sentía atraída hacia Alec, lo que sucedió en el bosque fue terrible. Pero pienso que igual hubiera pasado en cualquier otro momento.
Bella me pone una mano en la mejilla, creyendo que me he vuelto loca Alec violó a Tess ¿cómo puedes decir eso?
Alec era un hombre mujeriego y le gustaba duro. Tess vio eso en él, estaba creo que hasta enamorada. Y digo que escogió al hombre correcto porque tuvo un hijo de Alec, independientemente de cómo se haya engendrado. Recorrió un camino difícil… y nada hubiera sido así si ella no hubiera ido a casa de los D’Urberville. Luego de lo que pasó en el bosque ella bien pudo haberse ido a su casa, pero no, decidió quedarse ahí… a disfrutar de la pasión desenfrenada de Alec y de los hermosos regalos que le hacía.
¿Por qué pienso que me estás comparando con Alec?
No. No te estoy comparando. ERES Alec.
Él se lleva un mano al corazón Me has roto.
Claro que no, amor mío digo dulcemente Yo bien pude haber abandonado el trabajo en cuanto tú me dijiste que estabas loco por mí, pero no lo hice. Decidí quedarme y disfrutar de tu pasión desenfrenada y de tus regalos hermosos, y mira, ahora estoy esperando un bebé tuyo. Acepto que Tess no tuvo el mejor desenlace de la historia… pero supongo que eso es lo que pasa cuando…
Hey me corta No quiero que menciones que a lo nuestro le espera aquel nefasto destino que tuvo Tess. Yo moriría si tú lo hicieras.
Ladeo la cabeza Nosotros somos más fuertes que Tess y Alec, león. Somos como una tormenta insaciable. Nadie logrará detenernos.
Nadie me da un casto beso en la mejilla. Ahora, ¿qué te apetece cenar? pregunta cuando mis tripas gruñen.
OoO
Los dos estamos acostados sobre la cama y listos para dormir.
He revisado el correo confieso.
¿Algo interesante?
A decir verdad sí. Una casa de publicidad… me ha llamado a entrevista.
¿Para cuándo?
Para la siguiente semana.
Él chasquea la lengua Supongo que sabrás que ahora no es momento de trabajar.
Si, lo sé pero…
No lo digo tanto por el embarazo, sino por Rachel. No quiero que te haga daño.
Pero no ha dado señales de vida digo Tal vez…
Bella, el enemigo es más peligroso cuando nadie está al tanto de su existencia. Créeme.
Asiento. Supongo que Edward tiene razón y que seguramente conseguiré otra entrevista, aunque tal vez no en la misma empresa.
Ha pasado más o menos una hora, y sigo despierta. Edward murmura con voz soñolienta.
¿Qué pasa, Mi Bella? ¿Qué tienes?
Estoy pensando.
¿En qué?
En lo que dijiste.
Oh, déjalo ya. Conseguirás otro empleo.
No, eso no.
¿Entonces?
De cuando dijiste que sin mí morirías.
Ha sido una frase para el momento, Bella.
Prométeme que por nada del mundo harías una cosa como quitarte la vida.
No tengo razones para hacerlo.
Es que… si el embarazo se complica y yo…
Oye casi grita No se te ocurra decir algo así. Todo va a estar bien.
Necesito que me prometas que pase lo que pase tú seguirás en este mundo.
No voy a hacerlo contesta Siento que esto que me estás diciendo… ¿sabes algo que yo no? Siento que estás despidiéndote. ¿Estás enferma? su voz se llena de pánico.
No, no. Pero es que la verdad no podré dormir si antes no me lo dices.
Está bien, lo prometo. Seguiré en este mundo pase lo que pase.
Sonrío con tranquilidad. Y aunque sé que tal vez esté mintiendo eso basta para quedarme dormida.
OoO
Son casi las tres de la tarde, Edward está en la empresa y yo, queriendo darle el gusto a él, estoy leyendo “¿Qué esperar cuando se está esperando?” dejando de lado mis novelas que según Edward son demasiado trágicas. Leo el libro en voz alta para que mi bebé escuche.
En ese momento las puertas del ascensor se abren y yo me levanto de golpe y me protejo el vientre por instinto. Pero me calmo de sobre manera al descubrir que es Esme.
Hola le abrazo ¿A qué debo el honor? Edward no está...
Vine a dejarte esto extiende una caja de pastelería Lo he preparado yo, espero te agrade. Has de tener muchos antojos de comida dulce últimamente.
Asiento, mientras rememoro en mi cabeza cuál antojadiza he sido últimamente. Edward está disfrutando demasiado de mi estado.
Muchas gracias digo mientras corto el pie de manzana y sirvo una porción para ella y otra para mí.
¿Qué tal van tus cosas con Edward?
Y cuando me lo pregunta un foco se enciende en mi mente. Doble mierda. Había olvidado de forma patética que ya estoy casada con Edward, en un desesperado intento, logro esconder el anillo en el bolsillo de mi sudadera. Prefiero que sea Edward el que de la noticia.
Bien, excelente mejor dicho. Es maravilloso conmigo.
Élla me toma la mano Gracias por haber sacado a mi hijo de esa prisión que él mismo se había formado. Y una vez más, te pido una disculpa por…
Déjalo ya. Todo olvidado.
Las dos nos ponemos al día en chismes o noticias, le alegro cuando me dice que cuando leyó aquel escándalo en los periódicos no lo creyó ni una sola palabra y que seguía orgullosa de que Edward, su hijo, siguiera manteniendo la cabeza en alto, aunque también me entero de que Anne sigue en la casa. Agh. ¿Es que nunca planea irse?
Pasadas casi dos horas Esme se levanta y me ayuda a lavar los platos para luego besarme la mejilla y salir corriendo del lugar, al parecer, se le había quedado la cena en el horno.
Yo me meto de nuevo a la cocina y corto un nuevo pedazo de pie, está delicioso y no puedo resistirme. Aunque me martirizo pensando cuántas horas en la elíptica serán necesarias.
A eso de las diez de la noche Edward llega cansado, con la corbata floja y profundas ojeras.
Estoy muerto se queja tirándose en la cama.
Cierro el libro que estoy leyendo y le acaricio el pelo, aliviada de que por fin esté en casa, estaba muy preocupada.
¿Tan mal ha ido?
¡Sólo me fui un fin de semana, no un año! se queja Ese Black es un idiota, no sabe manejar las cosas. Maldita la hora en la que…
Sht pongo un dedo sobre sus labios Calla, león. Estás alterado y necesitas dormir. Ven, recuéstate aquí le señalo mi costado.
Él se desviste y se mete sólo en bóxers entre las cobijas.
Gírate le digo.
Bella, ahora no es buen momento…
¡Tonto! digo a broma No es para eso, solo te daré un masaje.
Él sonríe y entonces se da la vuelta, yo me subo a horcajadas y comienzo a mover mis manos por su espalda, con movimientos contundentes pero sin llegar a ser dura. Edward gime una y otra vez de gozo.
Oh, Bella. Esas manos que tienes… son mágicas.
Es lo último que me dice antes de caer en un profundo sueño mientras yo me tumbo a su lado, nos cubro con la colcha y le sigo en su sueño.
OoO
Ya está Victoria se pasa la mano por el cabello de fuego No funcionó. El plan no funcionó dice con mitad burla mitad decepción.
¿Quieres calmarte? dice Tanya No debes de rendirte nunca. Ya probamos con que le averiguaras algo a la estúpida esa y le inventaras un chisme, no funcionó, publicamos un escándalo, tampoco. Hay que proseguir con el plan C.
¿Y cuál es ese? Victoria lo pregunta más a fuerza que de gana. Quisiera no haberse metido nunca con Tanya.
Tanya saca su Iphone y le indica con un dedo que espere mientras hace la llamada.
¿Jacob? susurra con voz fría Sí… sí, está decidido. Sí, trae a tu “amiguita”
Cuelga la llamada y sonríe con suficiencia Ya esta hace un gesto con las manos.
¿Qué es lo que has hecho? pregunta con miedo.
Oh, querida. El plan C siempre es el más cruel, debe serlo, puesto que todo lo demás ha fallado.
¿Y cuál es ese plan?
Le harán llegar un paquete a la estúpida esa es su única explicación antes de darse la vuelta e irse de aquella cafetería de 2nd Avenue.
OoO
Han pasado algunos días. Edward aún no le ha dado a su familia la noticia, pero para mí… no es importante. Yo solo quiero sentirme completamente suya y al parecer ya lo soy.
Estoy tomando un chocolate en la cocina cuando Edward aparece y se come los hot-cakes que le he hecho de un solo bocado, tiene el cabello aún mojado y la corbata algo chueca, es gracioso verlo así. Se ha despertado muy tarde, están por dar las diez de la mañana y él sigue aquí.
¡Mierda! exclama cuando ve el reloj y yo me pongo a reír.
¿Te parece gracioso? pregunta ofendido.
La verdad, me parece innecesario. Eres el jefe, puedes llegar cuando se te pegue la gana.
Hoy tenía una junta. ¡Maldita corbata! lucha con la corbata color burdeos que parece no querer quedarse en su lugar.
Déjame me acerco hacia él y coloco la corbata en donde debe ir y ajusto el nudo. Ya está.
Él se inclina y me besa en los labios y luego se inclina un poco más y me besa el vientre.
Adiós se despide Cuídense. Sois los amores de mi vida me guiña un ojo y las puertas del ascensor se cierran.
Me quedo allí en la sala, embobada por sus últimas palabras. Me acaricio el vientre.
Tu papá nos ama ¿lo has oído? Nos ama le hablo y luego voy a la habitación a ver la tele y terminar con mi chocolate. Lamento que ya no haya pie, se ha acabado demasiado pronto para mi gusto, estaba delicioso.
OoO
Rachel se masturba de un modo asqueroso con la pistola en sus manos. La mete… la saca… la mete… Está tan loca que incluso tiene puesta una bala… si su placer fuera mayor y se descontrolara acabaría muerta de la manera más estúpida posible.
Luego, se mira en el espejo y se acerca la pistola a la cara y la pasea por su rostro.
Soy hermosa… claro que lo soy. Ya verás, Edward. Fuiste un ESTPUPIDO GILIPOLLAS por haberme dejado. Yo lo sé todo… lo sé todo… maldito Dorian Grey.
OoO
A eso de las dos el ascensor suena y un mensajero me da un paquete, un sobre, mejor dicho.
Hay una leyenda que dice: Si luego de leer esto quieres hablar conmigo llama al: 67….
Me extraño ¿no se abrán equivocado? Pero me doy cuenta cuando giro el sobre de que no, dicho folder manila está a mi nombre.
Estoy a punto de abrirlo, pero suena el teléfono y Alice me dice que ha quedado con Rose en un café, y me dice que luego le iremos a comprar ropa a mi bebé
Encantada, acepto. Estoy tan ansiosa de llegar que me olvido del sobre que está en la cama y me visto lo más rápido que puedo con un vestido de Temperley London en color café y con detalles en encaje, para finalizar con unos zapatos de Giuseppe Zanotti.
No le dejo una nota a Edward porque no creo tardarme demasiado, así que salgo de casa y me voy.
OoO
Me quito los tacones cuando llego a la sala, en efecto, Edward aun no ha llegado. Pero me ha marcado al celular para saber cómo estaba, y le dije que estaba con las chicas.
Me sobo los pies y me tumbo en el sillón. Mierda. Me duelen. Dejo el par de bolsas con ropa para bebé que he comprado hoy. No tenía ni idea de que los diseñadores tuvieran línea para bebés. Mucho menos sabía, hasta hoy, que existían zapatos para bebé hechos por Louboutin.
Voy a la cocina por un vaso de agua y me tomo mi píldora de ácido fólico. Voy casi dormida a la cama y me dejo caer en ella. A penas son las ocho, y supongo que hoy Edward también llegará un poco tarde.
Cuando me acomodo de nuevo sobre la cama, algo cruje debajo de mí, me incorporo y entonces recupero en mis manos aquel sobre color manila.
Lo había olvidado susurro para mí misma.
Es entonces que comienzo a desenrollar el hilo rojo hasta que la tapa del sobre se desprende hacia arriba. Miro dentro, hay varios papeles y hasta unas fotos.
Saco todo y lo extiendo sobre la cama.
”Adquisición de Industrias Witherdale”… reza la parte de arriba de un papel. Frunzo el ceño. ¿De qué demonios va todo esto? ¿Qué significa?  Tomo el primer papel y comienzo a leer:
…Industrias Cullen, por el monto de $9’878.000 (nueve millones ochocientos setenta y ocho mil dólares) compra a Industrias Witherdale, haciéndose con el valor y propiedades de la misma…
¿Pero qué demonios era esto? ¿Industrias Cullen y Witherdale? ¿James? ¿A esto se refiere?
Tomo las fotos entre mis manos, y las lágrimas comienzan a salir de mis ojos cuando distingo, de entre los dos autos que aparecen en la imagen, el de James… el antes, durante y después del accidente. Todo es tan fatal y… ¿quién me ha enviado esto? ¿Es una jodida broma? Estoy cabreándome.
Justo cuando estoy a punto de volver a guardar todo dentro del sobre y quemarlo, un papel doblado resbala de entre las hojas.
…¿Tienes dudas sobre esto? ¿Aún no comprendes? Te daré una pista: Edward Cullen ¿qué tal ahora?...
Me desarmo. ¿Edward? ¿Qué tiene que ver él en todo esto? No lo entiendo…
Doy la vuelta al sobre y marco sin pensarlo dos veces, el teléfono escrito.
A puesto a que eres tú susurra una voz de mujer que me es desconocida.
¿Con quién hablo? pregunto temerosa.
Eso no es importante ¿me has llamado por el sobre, o me equivoco?
susurro ¿Qué significa todo lo que está aquí?
¿De verdad quieres saberlo?
Sí, maldición sí.
Ven mañana a las tres al Sun Coffe. Yo seré la chica de chamarra de cuero.
Y antes de que diga nada, me cuelga.
Doble mierda. ¿Y ahora en que me he metido?
OoO

Canción: I Come Apart.
Artista: A$AP Rocky Ft. Florence Welch.
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