martes, 24 de julio de 2012

Tú, Mi Obsesión Adelanto cap 10: Sr. y Sra. Cullen

Isabella subió las escaleras corriendo, entro al cuarto de Edward y agarró su ropa de la silla.
Se enredó los pies en la falda y cayó de sentón al suelo.

-¡Mierda!- siseó mientras se acariciaba el trasero con su mano

Terminó de vestirse y al ponerse los zapatos se dió cuenta que sus manos temblaban.

-Tranquila Bella- se dijo -Todo estará bien

Caminó fuera del cuarto despacio, bajó las escaleras y empezó a escuchar voces en la sala. Risas, tal vez.

Edward volteó a verla en el segundo que ella se dirigía hacia ellos. Le dedicó una sonrisa tranquilizadora.
Llegó hasta donde estaba él y Edward tomó su mano.

Bella alzó la vista. Frente a ella estaba una mujer guapa y delgada de ojos verdes y cabello caramelo vestida con un bonito vestido verde y a su lado un hombre alto, rubio y delgado de ojos azules y muy atractivo enfundado en un pantalón de vestir azul marino y suéter color crema.

 
Isabella tenía las mejillas rojas como un tomate, tenía al señor y la señora Cullen frente a ella emanando elegancia y seguridad. Ambos la miraban con los ojos curiosos.

-Mamá, papá- dijo Edward asintiendo con la cabeza y abrazando a Bella por la espalda -Les presento a Isabella Swan, mi novia formal

El aire se escapó de los pulmones de Bella, Blancanieves corría por el bosque sin parar cortando flores a su paso y la Madrastra vagaba por el castillo buscando algo que hacer con su ansiedad

-Bella, ellos son Carlisle y Esme, mis padres- presentó Edward con la mayor tranquiliad del mundo

Isabella esperaba la cara de sorpresa, confusión o enojo de parte de ellos, pero en vez de eso, una sonrisa cálida estaba plasmada en la boca de ambos

-Bienvenida a la familia Isabella- un inesperado abrazo de Esme la sorprendió

¿Pero que diablos..?


Atuendo Bella Capítulo 10: La Jaula Del León

Aquí está el atuendo de Bella en el capítulo 10.

Cap 10: Atuendo de Bella cuando va a la casa de Edward. Características: Conjunto de falda de algodón y blusa de piel rosa con cinturón metálico marca Dior, bolso rosa de charol marca Gucci, tacones Bottega Veneta, anillo de Dior, colgante de corazón en baño de plata.

Tú, Mi Obsesión Cap 9: La Jaula Del León

Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer, la historia es mía.

Tu has estado en mi mente
Me encariñé cada día
me pierdo en el tiempo pensando en tu rostro
Sólo Dios sabe cuanto tiempo me ha costado
Dejar mis dudas a un lado
Tu eres el único al que quiero
No sé por qué estoy asustada
He estado aquí antes
Cada sentimiento, cada palabra, lo he imaginado todo
Nunca sabrás si nunca lo intentas
Olvidar tu pasado y simplemente ser mío
Te reto a que me dejes ser la primera y la única
Prometo que soy digna de estar entre tus brazos
Así que vamos, y dame la oportunidad
Para probar que soy la única que puede caminar esa milla
Hasta el fin de las estrellas


Capítulo 9: La Jaula Del León

La tenue luz del sol de otoño pegó directamente en el rostro de Bella haciendo imposible que mantuviera los ojos cerrados por más tiempo, al abrirlos lo primero que vio fue a Edward aún dormido, Bella recargó su cabeza sobre su mano y lo miró por unos segundos, dormido parecía pacífico y tierno, claro que aquello sólo era una ilusión. Pero aquel león la amaba, él se lo había dicho, aunque se sentía un poco culpable por James pero en el fondo ella sabía que él querría que ella fuera feliz, levantó su mano y acarició la cara de Edward, la piel era suave y una incipiente barba comenzaba a crecer picando bajo las palmas de sus manos. Se acercó a su oído -Yo te amo Edward- susurró
Se levantó de la cama desnuda, sentía un dolor casi inexistente en su entrepierna, sonrió, había perdido la virginidad, se dirigió hacia el baño esperando ver en su reflejo algún cambio físico, pero no había nada, absolutamente nada.
Salió del baño envuelta en una toalla blanca, se puso un conjunto de lencería negro y encima un conjunto de color rosa fuerte con blusa de piel y falda de algodón con cinturón metálico marca Dior, saltó dentro de los tacones Bottega Veneta, se
Se dio la vuelta y vio como Edward la miraba tumbado en la cama y con las manos detrás de su cabeza. El sonreía.
-Buenos días- le dijo Bella mientras se acercaba a besarle los labios
-Hola- respondió -Estás hermosa Mi Bella- Bella se quedó mirándolo mientras comenzaba a morderse los labios, dirigió sus manos hacia el abdomen de Edward, pero el rápidamente agarró sus manos y las retiró, negando con la cabeza.
-Oh no señorita Swan, el día de hoy tenemos muchas cosas que hacer- se levantó rápido de la cama y se dirigió al baño, Bella torció los labios enfadada.
A los quince minutos un Edward perfectamente limpio y fresco vestido aún con el traje del día anterior apareció en la sala, ella hacia maromas en la cocina preparando el desayuno.
-¿Qué haces?- le preguntó Edward
-El desayuno
-No, ya es tarde, comeremos en mi casa, vámonos- ordenó
-Pero...
-Isabella...- advirtió -Tenemos un viaje de hora y media por delante
Ella rodó los ojos, pero sabiendo que no había nada que hacer se dirigió a su cuarto y tomó su bolso de charol Gucci y un abrigo negro.
-De acuerdo, vámonos

OoO

Salieron del edificio y se dirigieron al Aston Martin de Edward, afuera hacia un día nublado y prácticamente no había sol.
Edward tomó la mano de Bella y le dio una vuelta en su lugar
-Te ves adorable- susurró
Bella se sonrojó -¿De verdad? Gracias
-Claro Mi Bella, eres una mujer hermosa- Edward dio otro beso en su frente
Blancanieves suspiraba tontamente mientras miraba la escena. Subieron al auto y arrancaron a toda prisa
-¿Dónde queda tu apartamento?- preguntó Bella al ver que iban por la I-278*
-No vamos a ir a mi departamento- contestó -Vamos a ir a mi casa
Bella entornó los ojos y negó con la cabeza, no entendía
-Mi departamento queda en Tribeca*, ahí me quedo la mayoría del tiempo, pero mi casa queda en Southampton*
Bella asintió -¿Y por qué no te quedas en tu casa en vez de tu penthouse?
Edward rió -Porque si lo hiciera tendría que manejar todos los días durante dos horas hasta el trabajo Bella
Blancanieves y la Madrastra la golpearon mentalmente ¡Claro tonta! La madrastra negaba con la cabeza
El resto del viaje Bella dejó de hacer preguntas y se dedicó a mirar el paisaje, en especial cuando llegaron a Long Island y se podía apreciar el mar a lo lejos. Isabella volteó hacia Edward y admiró su perfil, su rostro era el mejor paisaje que una mortal como ella pudiera apreciar. Su cabello despeinado tocando su frente, pestañas largas, nariz recta, labios cincelados y mentón cuadrado y fuerte.
Antes de que Isabella pudiera callarlo, un audible suspiro salió de su boca. Edward la miró
-¿Y ese suspiro señorita Swan?- preguntó
Bella se sonrojó -Estaba mirándote y...eres lo más hermoso que he visto en toda mi vida
Edward se tenso y Bella pudo notarlo -No digas eso Isabella, por favor- cerró los ojos un segundo -No lo hagas
Antes de que ella pudiera hablar, él encendió el estéreo y cambió de tema -¿Qué te gustaría escuchar?- inquirió
Bella todavía confundida se encogió de hombros -¿Por qué Edward?- preguntó
-¿por que, qué?
-¿Por qué estás aquí...conmigo?
Edward arrugó la frente -No te sigo
Ella suspiró -Me refiero a... ¿por qué te gusto?¿Por qué te has enamorado de mi? ¿por qué?
Aquellas palabras hicieron mella en Edward Oh Bella, no lo hago, no te amo, mentí, no te amo
Se acomodó en el asiento -Porque eres la mujer más adorable, fuerte y sexi que he conocido. Eres bella, hermosa Bella- tocó su mejilla, no mentía respecto a eso
Ella asintió -Supongo que puedo decir lo mismo, te amo Edward- dijo, él no respondió, en vez de hacerlo puso música a todo volumen
La canción que sonaba en el auto era Sex On Fire de Kings Of Leon, ambos se miraron y sonrieron
-Demasiado oportuno- dijo Bella
-Oh si, señorita Swan- respondió riendo, se veía tan joven y despreocupado cuando lo hacía
La energía en el ambiente se cargó de electricidad, algo raro.
Después de dos horas el paisaje comenzó a llenarse de árboles y casas enormes y lujosas con terrenos excesivamente grandes.
Edward dió vuelta en una calle y de pronto sólo había árboles, todo verde. Conforme se iban acercando en medio de un enorme jardín se alzaba majestuosamente la casa más grande que Isabella hubiera podido imaginar, se estacionaron en la parte trasera de la construcción en donde estaba el garage, otros cinco autos igual de lujosos que el Aston Martin estaban estacionados ahí.
Edward apagó el motor y bajó del auto para abrirle la puerta a Bella.
Tomados de las manos caminaron a la parte delantera de la casa, cuando Bella estaba a un metro de la puerta de entrada pudo apreciar realmente cuan grande era la casa.
Mierda, esto es realmente grande pensó.
-¿Qué te parece?- inquirió Edward cortando sus pensamientos
Bella estaba con la boca abierta -Es...es ¡rayos! ¡Es grandiosa Edward!- respondió en un grito
El rió -No has visto el interior- mientras Edward abría la puerta Isabella tuvo unos instantes para admirar aquello. La contrucción era minimalista, la casa era de dos pisos, algunos de los muros eran blancos y otros eran de madera, de toda la casa sobresalía un cubo de madera con tres grandes ventanales, así como el resto de la casa que tenía cristales por todas partes, algunos de piso a techo.
-Isabella, entra- pidió Edward
Isabella hizo caso, en cuanto puso un pie dentro era como entrar a otro mundo, la sala era grande, los pisos eran de madera oscura y los sillones eran de piel color crema con cojines de color azul y café, en el otro extremo había una silla individual de cuero café, una gran mesa café claro estaba en medio, al costado izquierdo había una gran chimenea moderna con pared de mármol crema y dos sillones individuales frente a esta, las paredes frontales eran puro cristal.
-¿Te gusta?- preguntó Edward
-Claro- respondió
Siguieron con el recorrido, a la izquierda de la sala se encontraba un comedor para seis personas, la mesa era de grueso mármol gris y las sillas eran de piel blanca y patas de madera, del techo colgaban lámparas cuadradas y en diferentes tamaños.
El resto de la casa seguía los mismos patrones, el suelo de madera oscura, muebles barnizados blancos de cuero y paredes de cristal y granito.
La casa contaba con cinco habitaciones tremendamente espaciosas y bonitas, se sorprendió al descubir que la casa contaba con cine privado y en el roof garden* había piscina equipada con asoleaderos además de que afuera exsitía una chimenea exactamente igual a la de la sala con sillones individuales, por si fuera poco la casa contaba con muelle y vista espectacular hacia el mar.
Isabella estaba sin aliento, no le cabía en la cabeza que una persona tuviera una casa tan grande para el solo, tuvo la extraña y triste sensación de que a pesar de que la casa estaba decorada de manera masculina parecía tener un aire familiar, como si el que estuviera viviendo ahí no fuera sólo un hombre soltero sino una familia entera.
-¿Te gustaría un poco de vino?- ofreció Edward cuando se encontraban en el pasillo del segundo piso
-Claro ¿por qué no?- contestó
-Ve hacia allá- señaló Edward hacia una de las puertas de las habitaciones
-¿Para qué?- preguntó
-Esa es mi habitación
-Oh- exclamó Bella
Edward desapareció en las escaleras, Isabella entró en la habitación, esta no seguía la misma decoración de toda la casa; era demasiado clínica, las paredes eran blancas, al igual que el piso de cerámica, en la entrada había una mesita blanca alta de porcelana, una serie de puertas de madera color negro que abarcaban toda una pared, al parecer era, el clóset, en el otro extremo había una ventana de piso al techo que dejaba ver el sorprendente océano, frente a esta había una silla de cuero blanco y patas de metal, en el centro de la gran habitación dominaba una enorme cama con sábanas blancas y almohadas y edredón negro, así como la cabecera, Bella paseaba por la habitación y, aprovechando que Edward no la veía se atrevió a abrir una de las puertas del clóset, lo primero que vió fue los trajes de Edward, miró hacia ambos lados cuidando que nadie estuviera y pegó la nariz a uno de los trajes Mmmm... exquisito...huele tan bien, estaba a punto de cerrar la puerta cuando de repente un extraño objeto que yacía al fondo del enorme clóset llamó su atención, se agachó y lo tomó entre sus manos, lo miró bien Oh, por favor, que no sea lo que creo que es... rogaba. Se sentó en la cama dando la espalda a la puerta, el instrumento era un mango largo forrado de cuero con varias tiras del mismo material que colgaban fuera de el. Isabella sintió la presencia de Edward a sus espaldas, dió media vuelta, y lo más inocente que pudo, dijo:
-¿Qué es esto?
Edward sonrió -Un látigo, ¿no los conocías?- colocó la copa de vino sobre la mesita blanca
El corazón de Bella sufrió un paro cardiaco y Blancanieves había caído en coma Oh mi...
-¿Por qué tienes...un látigo?- había dejado de tomar oxígeno
El se puso tenso, sus ojos se oscurecieron -No quieres saber
-Te lo estoy preguntando- dijo -Quiero saber- sostenía el instrumento de cuero entre sus manos, estrujándolo
-Me gusta...golpear- tomó aire -a las mujeres
La madrastra encontraba aquello divertido y excitante, paseaba sus dedos por sus medias de red, mientras que Blancanieves encendía la alarma de su cabeza respirando aún con la mascarilla de oxígeno.
Doble mierda!...¿es un sádico?...Oh Dios, ayúdame... ¿en dónde me he metido?
De inmediato se hizo un silencio sepulcral en la habitación, ni Edward ni Bella se movían, hasta se podían ver detenidamente las partículas de polvo que viajaban en el aire, Bella soltó el látigo sobre la cama y se puso de pié, Edward se acercó con cuidado a recogerlo y estiró el látigo con sus puños, ella se alejó unos cuantos pasos de él, caminando hacia la salida.
Edward comenzó a caminar hacia ella aún con el látigo entre las manos, sonreía malévolamente y tenía los ojos oscuros -No irás a correr ¿verdad?
¡Maldición! Pensaba Bella
Comenzó a tartamudear -Esto...yo...creo que...- señaló con su pulgar hacia la puerta
Edward negó con la cabeza -No te irás- caminaba hacia ella jugando con el látigo, Isabella miraba hacia los lados en busca de algún objeto con cual defenderse, pero no habia nada. La distancia que había entre ellos terminó y podía oler el aliento mentolado de Edward, cerró los ojos
-Edward por favor, no me hagas daño- pidió
-Shhh- susurró
-¿Por qué te gusta golpear mujeres?- preguntó Bella armada de un valor que no tenía
Edward la miró, sus ojos parecían atravesarla -¿Qué importa?- su voz se oía ronca
-A mi me importa- aclaró ella aún contra la puerta
Edward se separó y tiró el látigo al suelo, le dedicó una última mirada a Bella antes de caer de rodillas contra el piso llevándose las manos a la cabeza, las alarmas en la cabeza de Bella volvieron a encenderse ¿Qué demonios...? Al ver que no tenía otra alternativa se incó en el suelo frente a él.
-Edward ¿qué pasa?- preguntó verdadermente preocupada
-Cuando te diga el motivo te irás corriendo y no querrás volver a verme- susurró
-Edward, sabes que puedes decirme lo que sea, lo que sea, te amo- llevó sus manos a su cabello acariciándolo
El alzó la mirada -¿En verdad es tan importante saber?- preguntó
-Si, lo es
El bufó -Tanya Denali- susurró entre dientes
Ella se extrañó -¿Qué tiene que ver tu ex-novia aquí?
-Ella sólo era una maldita zorra- su voz se oía contenida
Bella ladeó la cabeza -Edward, en verdad no entiendo nada
-Ella me engañó Isabella, me hizo sentir que yo era nada; así que me gusta golpear a las mujeres porque libero toda la mierda que tengo dentro...-agarró su mejilla y la apretó -gracias a ella
Bella no sabía que hacer ¿abrazarlo tal vez? -Edward- soltó todo el aire de golpe -No sé que decir...
El se puso de pie y le tendió una mano que ella tomó a regañadientes -Sólo dime que no te irás- susurró
-Esto...quiero decir- Bella no encontraba las palabras -¿Tu le haces esto a... Victoria?
-Si- esa sóla afirmación era como la muerte para ella -Lo hacía
-Y ella ¿lo permitía?
-Si
-¿Y te gusta cierto?- hablaba con voz tranquila
-Si. Demasiado- contestó
Ella asintió con la cabeza -¿Y qué sientes cuando lo haces?
El se mordió los labios -Me hace sentir lleno, vivo.
Isabella caminó hacia la silla de piel para sentarse, no sabía cuánto tiempo más sus piernas la aguantarían
-¿Le haces esto a todas tus...mujeres?
Edward toca su frente -Si. Tengo la percepción de que todas son como ella
Isabella sabía que él no le había contado todo sobre Tanya y que tal vez no lo haría nunca, pero con la poca información que había recibido fué con la que tomó la decisión de levantarse de la silla e irse.
-Bien- dijo tranquila -Creo que lo mejor es que me vaya- caminó hacia la puerta cuando escuchó algo de cristal chocar contra el suelo y al final romperse
-¡No!- gritó Edward tan fuerte que se vió obligada a dar media vuelta y mirarlo a los ojos. Él se acercó en dos grandes zancadas hacia ella y la tomó por los hombros -¡No Isabella!¡No te irás!- gritó -¿Lo ves? Sabía que si te lo decía te irías ¡Lo sabía!
¡Lo sabía!
-No Edward- musitó -No me voy por lo que me has dicho
Él estaba confundido -¿Entonces?
-Edward- rió sarcasticamente -Tu mismo me has dicho que golpear mujeres te hace sentir vivo. Y yo no me voy a dejar golpear por ti- afirmó -Esto no funcionará
El apretó su agarre alrededor de ella -No me has entendido- hizo una pausa -Si yo las golpeo no es con el fin de la violencia- se acercó a sus labios para besarla -Es algo erótico ¿entiendes?- Isabella torció los labios. No sabía que eso existía.
-Es lo mismo- aseguró ella -Yo no soy del tipo de mujeres que se excitan con unos buenos azotes
El rió -Oh Isabella, te sorprenderías al decirte que les gusta a más personas de las que crees
Ella seguía renuente -No Edward, yo te amo, en verdad lo hago pero...
El puso un dedo sobre sus labios -Hagamos una cosa- la soltó -Experimentaremos, no ahora,poco a poco, y si al final decides que no te gusta entonces no lo haremos más ¿De acuerdo?
Edward estaba preparado para que ella aceptara, pero como siempre, Isabella hacía lo que él menos pensaba
-¡No!- exclamó Bella -¿Qué no te das cuenta? Al aceptar que me golpearas sería como aceptar el hecho de que tu me veas como si yo fuera una zorra como lo era Tanya; ¿y sabes qué Edward? Yo no soy eso
-¡Isabella! ¡Por el amor de Dios!- el alzó las manos al techo -Yo no te veo como una igual a Tanya- estaba a punto de decir una gran mentira -Yo... yo te amo Bella- su monstruo interior sonreía -Yo no te veo como ella, tú me haces sentir limpio... puro- cerró los ojos -Me haces creer que tengo alma- Edward en eso no mentía
Isabella se había quedado colgada en el "te amo" que él le había dicho, sus barreras cayeron, se acercó a el y puso sus manos a cada costado de su cara
-¿Qué te hace pensar que no tienes alma?- preguntó
El bajó la mirada, No, No podía decirle que antes era un hombre que vagaba por las calles de Londres buscando mujeres a las que dañar o... a las que matar. si le decía eso ella se iría inevitablememte.
-¿Y a tí que te hace pensar que si tengo alma?- inquirió Edward
-Bueno, he visto que haces donaciones a diferentes fundaciones y apoyas a diferentes centros educativos- contestó Bella
-Eso lo hago para obtener un poco de perdón Isabella, pero sé que no lo obtendré y al contrario, estando contigo me siento redimido ¿lo entiendes?
Bella sentía de pronto la imperiosa necesidad de abrazarlo y lo hizo.
-No- apretó su abrazo -Yo te amo, y tu eres bueno, por favor Edward, no vuelvas a pensar que no tienes alma- Bella volteó su cabeza y besó su pecho
Antes de lo esperado, la atmósfera entre ellos dos había cambiado, del mas puro enojo a la máxima de pasión
Edward pasó sus manos por debajo de la cintura de Bella y la atrajo hacia él, la besó, sus lenguas comenzaron a hacer un baile erótico, se acariciaban, se tocaban.
Bella se vió arrastrada hacia la cama, poco a poco, Edward deslizó la falda por sus muslos junto con las bragas. él alzó su mirada
-Te pones estos conjuntos para provocarme ¿cierto?
Bella se inclinó hacia él para quitarle la camisa pero él la detuvo
-No Swan, esto es para ti- fué el quien continuó desvistiéndola
La blusa se deslizó por sus brazos quedando sólo en sostén, Edward comenzó una caricia por todo su cuerpo, primero los pies, sonrió mientras acariciaba los tacones
-Algún día modelaras para mi solo con todos y cada uno de tus tacones, nena
La caricia se extendió por sus pantorillas, luego por sus rodillas y subir hasta el interior de sus muslos, Bella soltaba pequeños gemidos
-Edward...por favor
-Abre las piernas- ordenó Edward ignorando su petición
Bella obedeció
-Más
Bella las abrió un poco más
-Dime algo Bella, alguna vez... ¿te han hecho sexo oral?- preguntó a pesar de que ya sabía la respuesta
Isabella negó con la cabeza
Edward sonrió -Ya lo sabía
Se inclinó sobre su entrepierna y aspiró, Bella se retorcía
-Hueles delcicioso- susurró
Isabella sintió una lengua intrusa... ahí abajo, se movía, húmeda, bífida, penetrante, agarró las sábanas en sus puños, gemía alto, no podía evitarlo, de pronto... dientes, los dientes de Edward mordieron su clítoris suavemente, Bella veía estrellas, puntos de colores.
Edward chupaba, besaba, mordía por todos lados, su lengua penetró mientras con su pulgar estimulaba su sensible botón de nervios, lo que multiplicaba las sensaciones al millón.
Enredó sus manos en el cabello de Edward y lo jalaba hacia ella, insitándolo a seguir, la conocida burbuja comenzaba a oprimir el vientre bajo de Isabella, las paredes de su vagina comenzaron a cerrarse, Edward sabía que su final estaba cerca, sumergió dos dedos dentro de ella, bombeando rápidamente.
-Eso nena, déjalo ir- susurró antes de que Bella explotara en un maravilloso orgasmo y Edward se agachó para chupar la evidencia de su clímax.
-mmm... delicioso- musitó, Bella casi tiene otro orgasmo ante la visión.
Se inclinó hacia ella y la besó, Bella pudo saborear el sabor salino.
-Eres maravillosa- dijo Edward abrazándola
Bella lo empujó hacia abajo quedando ella sobre él.
-Creo que estás demasiado vestido- dijo en una sonrisa, desabrochó su pantalón y camisa, en cinco segundos Edward estaba completamente desnudo
-Whoa Bella- se sorprendió
Edward tenía una enorme erección e Isabella se relamió los labios, se acercó a sus caderas y puso una mano sobre su pene guiándolo a su entrada, se deslizó lentamente en él, ambos gimieron al unísono ante la sensación, Edward se aferro con fuerza a su cintura y ella sobre su pecho, impulsándose, comenzó a moverse lentamente haciendo círculos sobre él, arriba y abajo, no había patrón de movimientos, pero no dejaban de ser lentos y deliciosos.
Ella contemplaba el rostro de Edward, sus ojos entrecerrados, sus labios entreabiertos y su nariz jalando aire constantemente.
-Bella, muévete más rápido- pidió
-¿Así?- comenzó a impulsarse más rápido y fuerte moviendo sus caderas adelante y atrás.
Otra enorme burbuja en su vientre creciendo a cada instante con cada embestida, Isabella llegó hasta sus labios a besarlo cuano el enorme orgasmo la asoló.
Bella seguía encima de él, ambos tratando de regularizar sus respiaciones, tiernamente Edward acariciaba su espalda con movimientos de arriba a abajo.
-¿Te apetece ir a desayunar?- preguntó Edward luego de un largo rato
-La verdad es que tengo sueño- contestó Bella bostezando
Edward la acostó sobre la cama y besó su frente-Duerme Mi Bella- al instante ella cayó dormida y el la abrazaba contemplando su sueño
El monstruo interior hablaba Bien Edward, bien, ella es nuestra, te lo ha dicho, te ama, ella te ama. Claro que tú no...
Edward cerró los ojos -Perdóname Bella, perdóname
¡Maldita sea! ¿por qué tengo que hacerle daño a todo aquello que me quiere? Se preguntó mentalmente, el monstruo respondió por el Porque es nuestra naturaleza

OoO

Tanya despertó en un hostal de mala muerte del Bronx*. Hizo un gesto de asco al mirar al hombre con el que comapartía cama, olía a alcohol y tabaco, se levantó, se acomdó el vestido y se puso el abrigo encima.
-Hey- le llamó al hombre -Págame lo que me debes
El hombre de mala gana se levantó y tomó su cartera, sacó un billete de $50
-¿Qué te parece si antes de que te vayas me das una mamada?- dijo el hombre
Tanya torció la boca -Serán veinte dólares más
El hombre sonrió y le tendió el billete -Ten maldita puta, ahora lárgate- estaba tan borracho que no pudo mantenerse más tiempo sobre su propio pie, cayó en la cama y se quedó dormido.
Tanya arrugó el billete en su mano y lo metió en su bolsa, abrió la puerta y se fué, afuera hacia un frío terrible y su delgado abrigo no la tapaba lo suficiente, agarró el último cigarrillo que quedaba en su bolsa y lo encendió, perfecto, ahora tenia dinero para un taxi.
Ahora se encontraba en Midtown*. Estaba frente al enorme edificio de puro cristal y acero de Cullen Corp y, aunque era domingo el edificio se enontraba en funcionamiento, con paso decidido entró y se dirigió hacia la chica de recepción que por cierto, tenía un pinta labios muy rosa, con la voz más amable Tanya habló
-¿El señor Edward Cullen?
-El señor Cullen no labora hoy, ¿gusta dejarle algún mensaje? ¿Viene de alguna compañía?- preguntó la chica "Pinta labios muy rosa"
Tanya dudó unos instantes -Dígale que Anya Wilson vino a buscarlo y que es urgente, necesito una cita con él lo antes posible
La recepcionista anotó el mensaje -Claro señora ¿algo más?
-No nada
Se dió la media vuelta y se fué, de su bolso sacó toda la información que el investigador había conseguido acerca de Edward Cullen, ahí estaba todo, excepto la dirección, el estúpido del investigador no había podido conseguirla, una de las pocas cosas que había podido investigar era que Victoria era la pareja actual de Edward y que casi nunca se les veía frente a las cámaras y nunca iban a algún evento que no fuera de beneficencia.
-Bien Victoria, voy tras de tí- habló Tanya mientras seguía su paso por la Av. Madison*

OoO

Isabella abrió los ojos y adivinó los colores del atardecer cayendo suavemente sobre el suelo ¡Dios! ¿Por cuánto tiempo me dormí? Volteó hacia su costado pero Edward no estaba, se puso de pie y se dirigió hacia el baño ¡Rayos! el cabello de recién follada no me queda bien... entre todas las cosas de aseo personal que ahí había encontró un cepillo, peinó su cabello hasta que quedó más o menos decente.
Se fijó en toda la habitación, su ropa había desaparecido del suelo, estaba doblada sobre la silla de cuero, seguía desnuda y estaba haciendo frío, decidió que una camisa de él no estaría mal, la tela era suave, su curiosidad ganó y rebuscó en el clóset, pero el látigo ya no estaba, sacudió la cabeza. No arruines el momento Bella, no ahora, inmediatamente salió del cuarto, no le gustaba, se le antojaba frío y clínico.
Buscó a Edward por todos lados pero no lo encontró y la casa era demasiado grande para recorrela toda, llegó a la sala y se sentó junto a la ventana a admirar através de los cristales el tranquilo crepúsculo, comenzó a pensar y repasar los últimos días de su vida, cuando James murió imaginó que su vida había acabado, se resignó a terminar de estudiar, trabajar pero nunca a volver a tener otra persona a su lado ¿y ahora? Tenía a Edward, él había llegado a llenar su vida, le había confesado que la amaba, ella también lo hacía, era imposible estar a lado de semejante hombre todo el tiempo y no sentir nada por el, sin embargo, estaba ese parentesis, ese pequeño gran problema, Isabella cerró los ojos. No, no podría soportar que Edward la golpease ¡Nunca! ¿Para qué? ¿Para mantener su idea de que "todas son ella" "todas somos Tanya"? Imprevisiblemente Isabella comenzó a sentir odio hacia Tanya, no sabía si estaba viva o muerta... aunque Edward siempre hablaba de ella en tiempo pasado. ¿Qué es lo que ella pudo hacerle para que le gustara golpear mujeres? Debió haber sido algo terrible dijo Blancanieves mientras torcía la boca Necesitas hablar con él Bella, todas lo necesitamos... La Madrastra le dió la razón a Blancanieves.
Sintió la mano de Edward sobre su hombro
-¿Has dormido bien?- le preguntó Edward
-Si, gracias. ¿Dónde estabas?
-En mi estudio, tenía trabajo que hacer
¿Su estudio? El no me ha mostrado donde queda su estudio...
-Ahora me gusta mucho mas esa camisa- Edward acarició la tela mientras se sentaba en el sofá a su lado
-¿Te gustaría comer? No has desayunado nada- reclamó Edward mientras alzaba las cejas
-Si, claro
-Entonces, sigueme a la cocina
Bella se sentó en uno de los taburetes de la barra para desayunar y vió a Edward moverse através de la cocina sacando todo lo necesario para preparar un emparedado.
-¿Cocinas?- preguntó Bella sorprendida ¿Hay algo que no haga este hombre?
-Claro que cocino Swan, me ofendes- contestó en tono juguetón
-¿No tienes servidumbre?
-No, sólo tengo a Daphne que viene los fines de semana a asear un poco, no hago mucho desorden, Nunca ha venido nadie aquí, aparte de tí... y de mi familia, me gusta la privacidad Bella
-¿Entonces quién lava la ropa, compra la despensa y todo eso?- Bella se imaginó a Edward Cullen en un supermercado y la imágen le dió gracia, todas las mujeres babeando detrás de él, la madrastra entoranaba los ojos, celosa Yo no le veo la gracia
Edward se encogió de hombros -Todo eso lo hace Daphne- Edward terminó de preparar el sándwich y se lo dío en un plato junto con un gran vaso de jugo de naranja -Ten, come
Bella apenas dió un mordizco, Blancanieves y la Madrastra golpeaban el suelo con el pie impacientes, ella suspiró, sabía que no podía retrasar más el momento
-Edward...- el ya se había sentado en un taburete y preparaba otro sándwich -¿Que fué lo que pasó con Tanya?
El bajó el cuchilllo -No voy a decirtelo- contestó -Come
-Necesito saberlo Edward, por favor, ten un poco de confianza en mí
-Ya la tuve, sabes más sobre mí que cualquier otra persona
-Por favor Edward, dime, prometo no correr esta vez
Edward retomó la preparación del emparedado, la miró entre sus pestañas -No vas a dejarme en paz ¿verdad?- ella negó, entonces alzó la vista, mirándola de frente -Tanya y yo éramos novios en la universidad, todo el mundo me decía que ya se había acostado con la mitad de la fraternidad, pero yo no quería creerlo, estaba tan enamorado de ella, al menos creí estarlo- Sonrió amargamente -Comenzó a pedirme dinero prestado a cada instante, y yo como todo un idiota se lo daba,
hasta que un día fuí hasta su casa y la descubrí en la cama con dos tipos, le grité cosas que seguro no quieres escuchar, ella me dijo que se quedaría con todo el dinero que le había dado- su gesto ahora era reconcentrado -Me gritó que todas las mujeres eran como ella, que todas las mujeres eran unas putas, estaba tan dolido en ese momento, en un principio creí que estaba dolido porque la amaba pero me dí cuenta que en realidad era por que ella había herido mi ego, me hizo sentir como si yo no fuera nada para ella, una total basura, tuve una especie de epifanía; creí que todas las mujeres tenian la culpa al igual que ella. Me llené de rabia y comenzé a golpear con látigos y otras cosas que ni te imaginas a cuanta mujer se pusiera en mi camino, me hacia sentir vivo, me quitaba el enojo míseros instantes. Es como una especie de terapia de relajación, hace expulsar toda la mierda que llevo dentro.
Bella estaba con los ojos muy abiertos y estos comenzaban a picar por lágrimas que no quería dejar salir ¡Oh Edward! Por eso eres así... Sin pensarlo por más tiempo pego un brinco fuera del taburete y corrió hasta él, abrazándolo por el cuello.
-Edward, mi cielo, yo no soy ella, león, no soy ella- susurraba contra su oído -Olvídala, olvídala
-Lo sé Bella, sé que no eres ella, hay veces en que tengo pesadillas con ella, son horribles
-¿Está muerta?- preguntó Bella con miedo
-No lo creo, ella se quedó a vivir en Londres
Bella se separó de él
-¿Es guapa?- tal vez parecía una pregunta infantil, pero Bella estaba tan insegura
-En un tiempo para mi lo fué, pero ahora ya no singnifica nada
-Esa no es la pregunta Edward, ¿lo es?
Edward se enogió de hombros -Si, lo era- la agarró por la cintura y la subió a la barra, haciendo a un lado todo lo que había sobre esta -Pero tu eres la única Bella, tu eres hermosa- se inclinó para besarla, rompió los botones de su camisa dejándola desnuda, Isabella se mordía los labios
-Bella, te deseo- musitó, esta vez estaba tan desesperado que no hubo tiempo para preliminares, se desabrochó la bragueta del pantalón y de una estocada estaba dentro de ella. Gimió -Siempre tan lista, Mi Bella
-Edward- Isabella hechó su cabeza para atrás mientras lo atrapaba a él entre sus piernas. Los movimientos eran rápidos y sincronizados con una fricción deliciosa, perlas de sudor caían de la frente de ambos, gemidos lastimeros y graves de él y agudos y fuertes de ella, el sonido acuoso de sus caderas chocando era la única melodía dentro de la casa, tiempo había pasado, tal vez sólo segundos, minutos, horas... pero sentían que el clímax estaba cerca.
Isabella hechó su cuerpo para atrás, recostándose sobre la barra, Edward se movía dentro de ella en círculos, estocadas, embestidas... La presión en su vientre crecía y crecía a cada instante haciendolo todo más placentero, entrelazó sus manos con las de ella, sentía como lo apretaba.
-Vámos nena, dámelo ¡dámelo!- gritó cuando al fin Bella dejó ir su orgasmo entre gritos entre cortados y su nombre saliendo de sus labios. Empujó unas veces más en ella hasta que su cuerpo tembló cayendo en la espiral del éxtasis, se dejó caer sobre su cuerpo, tranquilizándose mientras oía el sonido de su corazón y ella pasaba sus manos por su pelo, acariciándolo
-Eres fantástica Bella, dentro de ti es donde quiero estas el resto de mis días, toda mi vida- susurró sobre su pecho
Ella sonrió ampliamente -Yo también león, te quiero en mi por el resto de mi vida, durante toda mi vida- Bella tomó la cabeza de Edward entre sus manos y la subió hasta su boca, besándolo, esta vez sin pasión, únicamente con el propósito de
demostrarle todo lo que sentía, él frotó su nariz contra la suya, mirándola a los ojos, frunció el ceño, apretando los labios, casi parecía enojado o... ¿confundido?
-¿Qué es lo que me estás haciendo Isabella Swan?- reclamó
Ella estaba tan en las nubes que no notó la expresión con que le había dicho aquello ni captado el hecho de que la había llamado por su nombre completo, tampoco el tono enojado con que le había dicho aquello.
Si en este momento, exsistiera un tercer público frente a ellos dirían que son una pareja inmesamente enamorada que acaba de hacer el amor.
Edward se levantó y la ayudó a ponerse en pie, mirándola aún con gesto dubitativo, Bella, se quedo mirando a través de los cristales, afuera ya era de noche, la luna caía hermosamente reflejándose sobre el agua de la piscina.
Volteó a mirar a Edward sonriéndole -Te amo- le dijo
De pronto unas luces supremamente fuertes venidas desde un auto alumbraron parcialmente la casa, Edward dejó de mirar a Isabella y miró hacia los cristales acercándose a ellos, un carro estaba estacionándose a lo lejos
-¡Mierda! ¡Mis papás!- gritó Edward
La respiración de Isabella se paró, la Madrastra tamborileba los dedos sobre su trono, nerviosa y Blancanieves usaba una vez más la máscara de oxígeno.

OoO

Canción: One And Only
Artista: Adele
*I-278: La interestatal 278 es una autopista interestatal auxiliar en Nueva Jersey y Nueva York.
*Tribeca: Tribeca es uno de los barrios situados en la parte baja de Manhattan. Actualmente es un barrio de moda en el que viven algunos famosos y gente de dinero.
*East Hampton: Forma parte de Los Hamptons, que es un lugar en el que la gente millonaria y famosos tienen casas de verano o fin de semana. East Hampton es considerada el área más exclusiva y rica.
*Roof garden: Terraza
*Bronx: Es uno de los cinco distritos metropolitanos de Nueva York. Aunque últimente ha mejorado, se le consideraba como el lugar más peligroso de los EUA.
*Midtown: Forma parte de una de las tres grandes subdivisiones de Manhattan junto con Uptown y Downtown. En este lugar se encuentran la mayor parte de rascacielos y hoteles de la ciudad. El corazó de Midtown comprende desde la calle 31 a la 59 entre la 3a y la 9a avenida.
*Av. Madison: Avenida que cruza por el Midtown y corre a la par del Central Park. Se conoce como la "industria de la publicidad" tras el crecimiento explosivo de este sector en los años 1920.

domingo, 15 de julio de 2012

Tú, Mi Obsesión Adelanto Cap 9: La Jaula Del León

 Isabella entró en la habitación, era demasiado clínica, las paredes eran blancas al igual que el piso de cerámica, a lado de la entrada había una mesita blanca alta de porcelana. Una serie de puertas de madera color negro que abarcaban toda una pared eran, al parecer, el clóset. En el otro extremo había una ventana de piso a techo que dejaba ver a toda Nueva York, frente a esta había una silla de cuero blanco y patas de metal. Y en el centro de la gran habitación dominaba una enorme cama con sábanas blancas y almohadas y edredón negro, así como la cabecera.

Bella paseaba por la habitación y, aprovechando que Edward no la veía se atrevió a abrir una de las puertas del clóset, lo primero que vió fue los trajes de Edward, miró hacia ambos lados cuidando que nadie estuviera y pegó la nariz a uno de los trajes Mmmm... exquisito...huele tan bien, estaba a punto de cerrar la puerta cuando de repente un extraño objeto que yacía al fondo del enorme clóset llamó su atención, se agachó y lo tomó entre sus manos, lo miró bien Oh, por favor, que no sea lo que creo que es... rogaba. Se sentó en la cama dando la espalda a la puerta. El instrumento era un mango largo forrado de cuero con varias tiras del mismo material que colgaban fuera de el. Isabella sintió la presencia de Edward a sus espaldas, dió media vuelta, y lo más inocente que pudo, dijo: -¿Qué es esto?
Edward sonrió -Un látigo, ¿no los conocías?- colocó la copa de vino sobre la mesita blanca
El corazón de Bella sufrió un paro cardiaco y Blancanieves había caído en coma Oh mi...
-¿Por qué tienes...un látigo?- había dejado de tomar oxígeno
El se puso tenso, sus ojos se oscurecieron -No quieres saber
-Te lo estoy preguntando- dijo -Quiero saber- sostenía el instrumento de cuero entre sus manos, estrujándolo
-Me gusta...golpear- tomó aire -a las mujeres

La madrastra encontraba aquello divertido y excitante, paseaba sus dedos por sus medias de red, mientras que Blancanieves encendía la alarma de su cabeza respirando aún con la mascarilla de oxígeno.
Doble mierda!...¿es un sádico?...Oh Dios, ayúdame... ¿en dónde me he metido?

De inmediato se hizo un silencio sepulcral en la habitación, ni Edward ni Bella se movían, hasta se podían ver detenidamente las partículas de polvo que viajaban en el aire. Bella soltó el látigo sobre la cama y se puso de pié. Edward se acercó con cuidado a recogerlo y estiró el látigo con sus puños. Ella se alejó unos cuantos pasos de él, caminando hacia la salida.
Edward comenzó a caminar hacia ella aún con el látigo entre las manos, sonreía malévolamente y tenía los ojos oscuros -No irás a correr ¿verdad?

¡Maldición!

Tú, Mi Obsesión Cap 8: La Palabra Con "A"

Chico, yo seré tu seda sexy
Envuelta a mi alrededor
Voy a ser tu gatita lamiendo la leche
En este momento hacia abajo, abajo, abajo
Ah, un beso puede durar toda la noche!
Tu me tendrás que seducir, picar y morder
¿Quieres ser mi doctor?
Pon tu mano en mi pecho
Siente el bam bam, bam bam
¿Quieres ser mi punta de azúcar?
Hazme llegar alto con un solo toque
Un beso puede durar toda la noche!
Ahora vamos a jugar un pequeño juego
(Whoa)
Cierra los ojos y cuenta hasta cinco
(Uno, dos, tres)
Abre la boca para mí azúcar
(Sí, vamos)
Sólo un poco más, sí, sí, así está bien
Si, ¿puedes sentirlo bebé?


Capítulo 8: La Palabra Con "A"

Edward llegó a su casa, después de un largo mes Bella había aceptado tener una relación él, de alguna forma se sentía culpable por ella, sabía que la sometería a él, a sus celos enfermos, a su sentimiento de pertenencia, a la vigilancia extrema, a todo lo que el era pero, ¿ella soportaría todo eso? Tienes que soportarlo Mi Bella, por tu bien...
Su cabeza no paraba de dar vueltas en las palabras Soy virgen que Bella con su dulce voz le había confesado ¡Maldición! ¡Sí! Pensaba Soy un maldito con suerte...ella será mía...mía...toda mía. No puedo esperar, no puedo esperar
Encendió la luz del apartamento para descubrir a Victoria sentada en uno de los sillones de la sala con los brazos cruzados sobre su pecho y el ceño fruncido
-¿A estas horas son a las que llegas a tu casa, querido?- preguntó mientras miraba el reloj
Edward suspiró cansado -¿Que demonios haces aquí? ¿Cómo entraste?
-Si no mal lo recuerdas soy tu novia, puedo venir cuando se me de la gana y además, tengo duplicado de tus llaves- sonrió -Pero eso no es a lo que me refiero, quiero saber por qué no has ido a visitarme a mi departamento, te extraño
-Tuve que hacer otras cosas- respondió hastiado mientras iba hacia la cantina a servirse una copa de whisky
-Hoy fuí a tu oficina y tampoco estabas, me dijeron que hace un mes que no has ido, no respondes mis llamadas ni contestas mis mensajes ¿Por qué?
¡Victoria! ¡Soy un hombre demasiado ocupado! Y si lo que quieres son explicaciones pues aquí van: Si no he ido a la oficina es porque tuve que hacer un viaje urgente a Inglaterra porque tengo que revisar la publicidad de un producto que va mal, si no he ido a tu departamento es porque ¡Estaba en Inglaterra!, si no te he llamado es porque ¡no quiero!, y si no he contestado tus mensajes es porque ¡Me tienes harto!- gritó
-¡Maldición Edward! ¡No mientas! No te creo ni media palabra de lo que has dicho ¡Di la verdad! ¡Te estás acostando con otra estúpida! ¡Tienes a otra!- Victoria lloraba y gritaba mientras daba patadas al suelo cual adolescente
Edward sonrió cínicamente inmune al llanto de ella, se acercó y la tomó de la barbilla -¿Y si así fuera qué harías Vicky? ¿Lo harías público? ¿Me dejarías?- retó
-¡No, eso no! ¡Primero mato a la perra esa!- cerró los ojos -Por favor Edward, dime que no tienes a otra, dime que sigues enamorado de mí, que aún me quieres, por favor, por favor- rezaba
-No tengo a otra Victoria- mintió -Pero habrá si tu sigues jodiéndome la vida con tus celos- advirtió mientras la soltaba y se alejaba de ella -Ahora, te pido por favor que te vayas, estoy cansado
-Está bien- dijo mientras recogía su bolsa -¿puedo ir a visitarte mañana a tu oficina?- preguntó
-No, voy a estar ocupado, pero yo te llamo mañana, ahora vete por favor
Cuando ya todo parecía estar bien entre aquellos dos, Victoria soltó una bomba
-Ah, por cierto, debes vigilar a tu personal, la estúpida de tu asistente no sabía ni donde estabas...
Al instante Edward vio todo rojo Oh no Victoria, ¿Mi Bella estúpida? ¡Ella es mía! ¡Mía! ¡Y nadie la ofende! ¿Estúpida? ¡Estúpida tú!
-¡Largo!- gritó como poseso y Victoria abrió los ojos como platos -¡Largo ,maldita idiota! ¡Largo!
-Edward...- murmuró Victoria asustada -¿Qué te pasa?
Edward prácticamente la sacó a empujones de la casa y cerró la puerta en sus narices
-A Mi Bella nadie la insulta, nadie la toca- se dijo a sí mismo

OoO

Bella se había levantado a las cuatro de la mañana, no había pegado ojo en toda la noche, parada enfrente de su clóset enfrentaba un gran problema: ¿qué ponerse? La madrastra le de hablaba al oído; Con una falda negra diez dedos arriba de la rodilla y los Pigalle lo matarás... musitaba maliciosamente mientras que Blancanieves negaba rotundamente con la cabeza y con su muy recatada boca contraatacaba Tienes que estar bonita, pero no vulgar como una puta.
Al fin se decidió por algo de las dos partes, escogió una falda lápiz negra de Dolce&Gabbana y una camisa blanca con los dos primeros botones sin abrochar, combinándolo todo con unos tacones Alexander McQueen con cuerpo de encaje negro, los segundos zapatos favoritos de Bella.
Tomó su bolso sin prestar atención a cuál había agarrado, ya que, al ver el reloj, ya se había hecho tarde y no quería que Edward pensará que ahora por ser su...algo de él, ella se estuviera aprovechando de aquello
Salió a todo prisa corriendo todo lo rápido que los tacones de diez centímetros se lo permitieron, al subir las escaleras del subterráneo la mitad de la gente se le quedó viendo pues corría a toda prisa.
Llegó a Cullen Corp y aventó su bolsa sobre el escritorio, Jessica y Kate se miraron entre si
-¿Se te hizo tarde Bella?- preguntó Jessica con tono de burla, mientras se miraba en el espejo y se retocaba el maquillaje -El señor Cullen te quiere en su oficina, parece enojado
Bella, por primera vez en su vida tuvo el coraje suficiente para contestar
-Una dama siempre llega a tiempo, son los demás los que llegan antes- dicho esto se fue directo a la oficina de Edward, antes de que tocara la puerta el abrió
-Pasa- dijo
Bella, tímida, pasó a la enorme oficina y se quedó mirando a un punto fijo en el suelo, estaba asustada, sabía que él odiaba la impuntualidad en la gente, Edward esperaba que ella hablara, pero no lo hacía
-Isabella- llamó
-Perdón, es que...se me hizo tarde, vine corriendo pero me tropecé varias veces y...
-Tranquila, no voy a llamarte la atención- anunció mientras se acercó a ella tomándola por los hombros
-¿A no?
-No Isabella- dijo -Quería verte para darte esto- estiró su mano -Esto es para ti- susurró. En ese momento el abrió la mano mostrando una pequeña cajita negra, parecía la de un anillo
-¿Qué es eso?- preguntó Bella mientras veía que Edward abría la cajita y de ahí sacaba un anillo
-Préstame tu mano- ordenó, Bella obedeció, él colocó el anillo en el dedo anular de su mano izquierda -¿Te gusta?- preguntó
Bella miró con detenimiento el anillo, era una hermosa rosa blanca colocada sobre una sortija de oro amarillo que simulaba el elegante tallo de la flor, a Bella le encantó, aquella joya tenía un cierto aire de inocencia
-Es precioso Edward, gracias- murmuró
-¿Y así simplemente vas a agradecérmelo?- preguntó y luego negó con la cabeza -Que niña tan maleducada
¿Cómo quiere que se lo agradezca? Pensaba Bella, quien no entendía nada El habla de que lo beses ¡tonta! Gritó la madrastra y Blancanieves le daba la razón
Con pasos lentos Bella caminó hacia Edward y acercó su boca hasta la de él y dejó un pequeño beso en ellos -Gracias- dijo
Edward rió mientras veía el anillo, Bella frunció el seño -¿De qué te ríes?- inquirió, Edward volvió a reír como disfrutando de un chiste privado, a Bella no le importaba en lo absoluto de qué se riera él, verlo sonreír era lo más hermoso que ella había visto en toda su vida
-De nada- contestó mientras caminaba hacia su escritorio recargaba la cadera en él -¿Por qué has llegado tarde?- preguntó
Oh oh pensó -Es qué...- ¿Qué digo?¿qué digo? Ni modo de decirle que me tardé porque no encontraba algo para verme bonita para él -Es que...había mucho tráfico- mintió
Edward entrecerró los ojos -De acuerdo- la miró de arriba a abajo y reparó su mirada en los zapatos -Bonitos zapatos
El siguiente ataque Bella no se lo esperaba, en menos de un segundo tenía la boca de Edward cerca de su oído -¿Qué se sentirá tener esos fabulosos zapatos enredados en mi cintura mientras me entierro en ti desesperadamente?- susurró Edward mientras la tomaba por la cintura.
Bella abrió los ojos y sintió cierta humedad en cierta parte de su cuerpo un poco más al sur. La madrastra se mordía los labios ante tales palabras y Blancanieves se abanicaba tratando de combatir el calor
-Yo...yo- balbuceó
-Shhh- le calló Edward -No te asustes Mi Bella, no te asustes
-Es que yo...nunca...nunca he- Vamos Bella, deja de balbucear como una idiota
-Lo sé Bella, pero entiéndeme, trato de controlarme frente a ti pero esos zapatos no ayudan. Lo siento
Esa fue toda la conversación personal que ambos lograron tener durante el resto del día. Bella trató de evitarlo a toda costa durante el día, cada que el la llamaba ella lo evadía y trataba de no estar a solas con el, y si lo estaba, se aseguraba de estar a una distancia lo suficientemente grande como para poder salir corriendo.
Edward estaba desesperado, cada cinco segundos se pasaba las manos por su despeinado cabello, sabía que ella lo estaba evitando, lo sabía, y eso lo enfurecía. No sabía cómo acercarse a ella.
Cuando casi daban las ocho de la noche y las luces de la calle alumbraban a Cullen Corp. Edward decidió ponerle fin a su martirio.
-Bella, vámonos, te llevo a casa- ordenó
Oh Diosito...¿y ahora qué hago para decirle que no?-No Edward, no te preocupes. Yo ya me iba
-Te llevo a tu casa, anda- Bella no pudo zafarse de aquella orden.
Isabella estaba igual que él, desesperada por estar con él, pero era tan inexperta en el sexo y se sentía tan estúpida a su lado que prefería no estar cerca de Edward.

OoO

Ambos llegaron al departamento, apenas Bella abrió la puerta Edward la empujó dentro y la estrelló contra la puerta para besarla
-Te deseo Bella- murmuró contra sus labios
-Edward...no- dijo Bella tratando de alejarlo con sus manos
-No, no puedo- respondió mientras la seguía besando vorazmente
La madrastra le gritaba a Bella que se dejara llevar y Blancanieves simplemente no decía nada
Y Bella, siguiendo los consejos de la sabía madrastra, se dejó llevar; le siguió el beso a Edward mientras ella lo acariciaba por todos lados, enredó sus piernas sobre la cadera de él, Edward comenzó a subirle la falda mientras acariciaba sus piernas lentamente hasta que llegó a sus bragas, Bella se puso alerta, se tensó
-Edward...
-Shh, tranquila nena, tranquila- murmuró a instante de que hizo la delgada tela del encaje a un lado y de golpe metió un dedo en el sexo de Bella, ella gimió y se agarró fuertemente de sus hombros cerrando los ojos, él empezó a bombear el dedo dentro del sexo de Bella -Tan suave- gemía Edward a la vez que añadía otro dedo
Bella abrió los ojos -Oh si- apoyó la cabeza sobre la puerta
Edward se acercó a su boca -¿Te gusta? Dímelo ¿Te gusta?- preguntó
-Si- murmuró
-Más fuerte- ordenó -Más fuerte
-¡Si!- gritó
-¡Grítalo!¡Más fuerte!¡Maldita sea!- el movimiento de su dedo dentro de ella comenzó a ser frenético, ella gritó
-¡Siii!¡Me gusta!
Edward pegó su frente a la de ella y la besó, el movimiento era cada vez más fuerte, comenzó a masajear su pequeño y duro botón de nervios, alternando cada movimiento. Bella enterró los dedos en el cabello de Edward, algo comenzaba a crecer en su vientre y se hacía grande y más grande a cada segundo, Edward sentía como sus dedos eran aprisionados por el sexo de Bella, su clímax estaba por llegar.
Instantes después Bella echó la cabeza para atrás cerrando los ojos, golpeo la puerta, era lo mas cerca que tenia, el orgasmo había llegado, se mordió el labio para no gritar y sólo un ligero gemido salió de su garganta
Edward besó su cuello tiernamente -Eres perfecta- le soltó las piernas y la dejó sobre el suelo, Isabella se acomodó la falda. Cuando la pasión había pasado ella no sabía cuál era el siguiente pasó Mierda, ¿y ahora qué?
La cargó al estilo novia y la llevó hasta su habitación recostándola en la cama, Bella, que pensaba que ahora venía la siguiente parte se sorprendió al ver cómo Edward bajaba la cama y la tapaba con el cobertor para luego dejar un casto beso en sus labios -Dulces sueños Mi Bella- susurró en su oído
La madrastra estaba triste, yacía sentada en su trono con un enorme puchero pues ya se había preparado para la acción, tenía el liguero puesto.
-Pero..- protestó Bella, Edward rió
-Ha sido demasiado para ti por hoy pequeña- se levantó de la cama -Mañana...- pero no terminó la frase, Bella le hizo un espacio en la cama
-Ven, acuéstate hoy conmigo- dijo
-No Bella, te deseo demasiado y si me quedo aquí contigo puede que no responda de mi mismo- contestó -Hasta mañana
Bella vio como el desaparecía por la puerta de su habitación y luego se iba
Se dejó caer sobre la almohada y se sorprendió a sí misma por sus pensamientos ¡Maldición Edward! Me dejaste a medias...yo quería más negó con la cabeza, Blancanieves la reprendía ¿Qué pasó con el miedo a estar cerca de él? ¿Dónde quedó? Todo el día te la pasaste evitándolo para que ahora quieras más...
Bella se quedó mirando a un punto fijo en la pared, había tenido a Edward ahí abajo, el la había tocado, había tocado su sexo... ¿Al siguiente día cómo haría para verlo a la cara en la oficina? ¡Se moriría de vergüenza! ¡Pero rayos! Quería más de aquello, quería más de Edward
Oh Bella, ni siquiera has tenido sexo con el y ya estás delirando. Eres una zorra... pensaba cómicamente Si, lo somos ¿y qué? Decía la madrastra, sin embargo Blancanieves sabía callarlas a las dos: ¿Dónde has dejado a Jimmy Bella? ¿Dónde? ¿Acaso ya lo has olvidado? Recuerda que a él lo amabas ¿pero a Edward? ¿A él también lo amas? Reclamaba
Bella se sorprendió, era verdad, ¿amaba a Edward?, con él había hecho más cosas en una noche que con Jimmy en tres años, se planteo aquella pregunta ¿amor? ¿cariño? Bella negaba con la cabeza. No. Aquello sólo era pura atracción ¿verdad?
Pero lo dudaba, sentía una atracción especial hacia él, una fuerte atracción, con él si le nacía hacer el amor y todo ello a lo que ella jamás se había atrevido, lo contrario con James. Pero tenía miedo, tal vez sí lo amaba, tal vez demasiado, pero ¿y si él no lo hacía? Edward jamás le había dicho que la amaba ni le había dado pistas de aquello
Sonó el teléfono, Bella se emocionó ¿sería Edward?
-¿Hola?- llamó
-¡Belli!¿Cómo has estado amiga mía?¡Oh, lo siento! Creo que te he abandonado- era Alice
-Hola Alice, no te preocupes, estoy bien ¿y tu, que tal con Jasper?
-Fenomenal Bella, ¡Es el mejor hombre del mundo!¡Oye! ¿Adivina qué?- hubo un silencio- ¡Es el hermano de tu jefe!
Bella se trabó -¿De... de Edward Cullen?-preguntó
-¡Claro Belli! ¿Qué ya te has conseguido otro jefe?- rió Alice divertida
-No- dijo -Bueno, pues vaya sorpresa, no lo sabía
-Bueno, te dejo, voy a salir con Jasper- susurró Alice
-¿A salir?- Bella se extrañó -Pero si son las doce de la noche...
Alice dio una risita nerviosa -Si...si...ya sé...bueno adiós, iré a visitarte en cuanto pueda ¡lo juro!
Inesperadamente Alice colgó y Bella se encogió de hombros, dejó el teléfono en su lugar
¿Hermanos? Edward nunca le había hablado de que tenía hermanos...ni siquiera sabía quienes eran sus padres, la voz de Blancanieves habló Oh Bella, ¿y qué esperabas?¿Qué te contara toda su vida? Si después de todo tu solo eres su...amante

OoO

Dos semanas antes...
Al otro lado del mundo; Londres, Inglaterra
En un pub de la cuidad de Londres, Tanya Denali daba un sorbo a su bitter.
-¿Qué quieres que haga?- preguntó un misterioso hombre
-Oh querido, al parecer no has entendido nada- Tanya se inclinó sobre la mesa -Quiero que viajes inmediatamente a Nueva York e investigues todo sobre él... dónde vive, dónde trabaja, lo que hace... y quiero saber si tiene a alguna perra a su lado, necesito la información lo antes posible haber si de una vez por todas puedo salirme de esta maldita cuidad que detesto
-Entonces, como muy tarde en un mes tendrá toda la información que quiere- informó el hombre y Tanya alzó una ceja
-¿Un mes?- preguntó -Eso es demasiado tiempo- se puso de pie y se inclinó un poco hacia él mostrando gran parte de sus pechos -¿Qué te parece en dos semanas?
El hombre tartamudeó recordando las estupendas noches de pasión que ella le había hecho pasar-Sssi, lo que usted diga- afirmó
Tanya sonrió cínicamente -Entonces querido, te espero en un par de semanas- le besó apenas los sonrosados labios -Hasta entonces- caminó a la salida, un sujeto la jaló por el brazo y sopló su aliento alcohólico sobre su oído
-¿Cuánto cobras?- preguntó este
-¿Disculpa?
-Vamos no te hagas estúpida, ¿cuánto cobras por acostarte conmigo?- susurró, Tanya estaba a punto de soltar una cachetada a aquel sujeto, pero al recordar que no tenía ni un sólo quinto en su bolsa le sonrió y se abrió más el escote de su vestido rojo y lo miró bien, el hombre, cómo buen inglés, era alto, atractivo y de ojos grises
-Pues, ¿te parece bien 500 libras?- pidió Tanya y él sonrió
-Perfecto, vámonos, ¿cómo te llamas?- preguntó éste
-Me llamo como tu quieras que me llame cariño- contestó riendo

OoO

Al día siguiente Bella se pasó todo el día entre montones de trabajo, se encargaba de organizar la publicidad del perfume y quería que todo saliera perfecto, como ya era costumbre, evitaba a Edward ya que cuando llegó en la mañana él la esperaba con un enorme ramo de rosas rojas
-Buenos días señor- saludó Bella
-Hola Mi Bella- Edward la miró de arriba a abajo -Qué bonita estás hoy
Ese día Bella se había puesto un conjunto de Escada, consistía en un pantalón de tubo y una chaqueta cuello redondo sin botones en color rosa pálido y una blusa transparente cuello redondo en color café, a final, con un zapatos D&G en color crema.
-Gracias- contestó sonrojada
Edward se acercó a ella y olió su cabello, que ese día estaba suelto -Hueles delicioso- dijo en su oído -Aunque- tomó su cintura -Hay una parte de tí que huele mejor- susurró
Bella, inocente y curiosa no sabía a lo que él se refería -¿A si?- inquirió -¿Cuál?
Los ojos de Edward se oscurecieron y en un movimiento relámpago la tenía sobre el escritorio con las piernas abiertas, acarició el sexo de Bella por encima de la tela del pantalón -Esta parte huele mejor- afirmó mientras veía con una sonrisa traviesa los ojos abiertos de Bella
-¡Edward!- gritó Bella – pueden vernos - dijo mientras trataba de empujarlo
-Si, lo sé, ¿no te parece excitante?- contestó
-Oh, Edward, por favor, déjame ir, la modelo de la campaña está por llegar y me quedan por organizar demasiadas cosas
Edward bufó -Está bien, pero antes salúdame como es debido- pegó sus labios a los de ella y la besó apasionadamente, Bella comenzaba a marearse y se separó de él para poder respirar -Buenos días Edward
Edward hizo un tierno puchero -¿Sólo Edward?- inquirió -¿No tienes un sobrenombre de cariño para mi, Mi Bella?
Bella pensaba en un sobrenombre, mientras que Blancanieves y la Madrastra le ayudaban en la búsqueda pero sin resultado
-Está bien, ya habrá tiempo para esas cosas- dijo Edward interrumpiendo sus pensamientos -Pero, mira lo que te he traído- un enorme ramo de rosas rojas apareció frente al rostro de Bella -Espero que te gusten
Ella tomó el ramo y las llevó a su nariz -Uhnn, gracias Edward, son preciosas- dijo mientras se bajaba del escritorio y se acomodaba la ropa, caminó hacia la salida cuando recordó lo que Alice le había dicho por teléfono
-Mmm...¿Edward? ¿Puedo preguntarte algo?- dijo temerosa
Edward que ya se había sentado en su silla alzó la mirada, hizo un gesto con la mano invitándola a continuar
-¿Tienes hermanos?- inquirió
El gesto de Edward se hizo profundo y después de unos minutos de silencio contestó -Si, tengo dos hermanos, Jasper y Emmet, yo soy el mayor, ¿algo más?- alzó una ceja
-¿Y tus padres...?
-Mis padres se llaman Carlisle y Esme y viven en Los Hamptons, ¿algo más?- preguntó impaciente
Bella se sonrojó y se mordió el labio, negando con la cabeza, se dio media vuelta
.¿Bella?- llamó Edward
-¿Sí?
-Si quieres mantener tu virginidad por unos cuántos días más, deja de morderte los labios- sentenció mientras se acariciaba la barbilla
Isabella salió de la oficina híper ventilando mientras que la Madrastra gritaba ¡Maldita virginidad! ¡Al diablo! Aprovechó que ninguna secretaria estaba ahí para esconder las flores entre las cosas de su escritorio.
El resto de la mañana no paro ni un momento, a las 9:30 llegó la modelo que había elegido para la campaña y al verla no pudo evitar sentir celos al saber que estaría a solas con Edward, quien terminó por aceptarla.
Se pasó el día viajando por Nueva York, tuvo que ir a la Quinta Av. A comprar la ropa y los accesorios que la modelo usaría para el perfume, fue a Central Park a buscar el lugar donde se tomarían las fotos y a reservar los espectaculares donde estarían puestas las lonas de la campaña, aprovechó estar cerca de esas zonas para ir a un restaurante, dieron las seis de la tarde y su celular comenzó a sonar insistentemente
-Aló
-¿Dónde demonios estás?- la voz de Edward se oía contenida como la de un león enjaulado
Bella soltó una risita, lo que logró enfurecer más a Edward
-¿Te burlas de mí?- dijo -¿Te parece divertido?
-Oh, no, no es eso león- la palabra salió de la boca de Bella antes de que pudiera pensarla
-¿Cómo me dijiste?- preguntó
-E...yo...león- tartamudeó
-Mmm...león- musitó Edward- me gusta
-¿De...de verdad?- preguntó aún asustada
-Si- respondió frío -¿En dónde estás?
-En...en la Madison Av. En un restaurante
-¿Estas con alguien?- preguntó furioso
Bella se quedó boquiabierta -Oh no, no. Tenía hambre y vine a comer, sólo eso
-Te quiero en tu departamento en cinco minutos- sentenció
-¿Para qué?
-Yo también tengo hambre Bella, mucha maldita hambre y no pienso aguantarla más, en tu departamento en cinco minutos- colgó
A Bella no le quedaba otra alternativa, llegó a su departamento en diez minutos debido al tráfico.
Se asustó al ver que Edward estaba sentado en la sala con los brazos extendidos sobre el sofá y con la mirada perdida en el tiempo
-¿Edward?- le llamó, éste la miró detenidamente
-Dime algo Isabella- miró su reloj -Cuando yo digo cinco minutos, ¿qué quiere decir?¿Una hora?¿Un año?- se levantó del sillón mientras se dirigía hacia ella
-Es que... había tráfico- se excusó
-¡Me importa una mierda!- gritó al golpear la barra de la cocina -¡Estabas con alguien! ¡Lo sé! ¡Maldita sea! ¡Estabas con alguien!- se acercó hacia ella y la tomó del brazo -Dime Bella, ¿el besa mejor que yo? ¿te toca mejor que yo?
Blancanieves lloraba al ver a Edward enojado y la orgullosa Madrastra alzaba la cabeza mientras se preparaba para enfrentar a Edward
Bella explotó -¡Ya basta Edward! ¡Desde que me salí de la oficina lo único que hice fue trabajar! ¡Fui a rentar el lugar en que se tomarán las fotos! ¡Compré la ropa de la campaña! ¡Renté los espectaculares!- trataba de zafarse de su agarre sin éxito -¡Trabajé!¡No vi a nadie! ¡No estaba con nadie!
-¡Mientes!- gritó Edward, en un acto desesperado le quitó la chaqueta y rasgó la finísima tela de la blusa de Escada -¡Maldición! ¡No llevas sostén!- la empujó contra la pared -¿Así saliste a la calle?¿Quieres que todos te vean no es así?- se acercó a ella para besarla pero Bella giró la cabeza
-No Edward, suéltame- pidió
-No- la tomó por el cuello para dejar un rastro de besos húmedos, le abrió las piernas y se colocó entre ellas, con una mano abarcó uno de sus senos y comenzó a acariciarlos, su boca bajó hasta uno de ellos y lamió el pezón
-¡Dios!- gimió quedito, se mordía el labio para no gritar y convencerse a sí misma que seguía enojada
Él seguía con la misma acción mientras veía como ella evitaba gemir -Grita- pidió -¡Grita!
-N-n-nooo!- respondió
Edward sonrió y la besó en la boca -Isabella, ya no aguanto, ya no aguanto- susurró -Te voy a hacer el amor hasta que te desmayes
Bella se alarmó, Blancanieves se fue corriendo a esconderse en la casita de los enanos y la madrastra se ponía el liguero una vez más
-No, Edward, por favor- cerró los ojos
Él se acercó a ella -¿no quieres?- preguntó
-No es eso, es que...
Antes de que pudiera formular palabra Edward rasgó la tela de pantalón y de un jalón tiró las braguitas de encaje azul al suelo, pasó los brazos por debajo de sus rodillas y la cargó hasta la cama, dejándola caer allí, Edward se levantó de la cama para admirar la vista que tenía en ese momento -No sabes cuánto tiempo he soñado esto- en menos de un segundo, camisa, pantalón, medias y zapatos habían desaparecido y quedaba sólo él con unos bóxer negros
Isabella híper ventilaba mientras paseaba su mirada por el cuerpo de Edward, el tono de piel era pálido y pulcro como el mármol, las curvas de los músculos hacían suaves sombras en la piel, se notaba que hacía ejercicio... y mucho, una línea recta iba desde su abdomen y se perdía en el resorte de sus bóxer
-¿Te gusta lo que ves?- le llamó Edward, y Bella se dio cuenta de que inconcientemente había comenzado a morderse el labio
-Si- contestó, la Madrastra brincaba de felicidad y el corazón de Bella latía a niveles máximos, ¡era la primera vez que le veía desnudo!
Edward subió en la cama y se colocó encima de ella, apoyando todo su peso sobre sus brazos, a esas alturas, la timidez de Bella se había ido de viaje. Edward comenzó una caricia fantasma desde su cara hasta sus caderas, donde se detuvo
-Como adoro esta parte de ti- musitó mientras con una mano abarcaba parte de las caderas, se inclinó sobre Bella y quedó a centímetros de su boca -Abre las piernas
Como si de un resorte se tratara Bella obedeció, él acariciando su intimidad, un dedo dentro de ella, jugaba en su interior, ella gimió, se arqueó, no se paro a pensar solo a sentir, eso era tan bueno y tan nuevo, el dedo seguía bombeando dentro de ella, entraba y salía, entraba y salía, otro dedo más dentro, golpeando, tocando, acariciando las paredes de su vagina, cada toque era un paso cerca del abismo
-Edward...- Isabella mantenía lo ojos cerrados, estaba a punto de decir algo de lo que posiblemente se arrepentiría luego -Hazme el amor...por favor- susurró quedo. Edward paró el movimiento en seco
-Repítelo- ordenó -Repítelo una vez más
Ella tomó aire -Hazme el amor, ya no lo soporto, por favor... por favor
Sonrió -Tus deseos son órdenes Mi Bella- se acercó a su oreja -Bájame el bóxer, ella, impaciente llevó ambas manos hacia el elástico y lo bajó de un tirón, la enorme erección saltó orgullosa apuntando a su vientre, era grueso y grande. Comenzó a morderse el labio y oyó un rugido de parte de él. Todo eso no va a caber en mí, me moriré...es enorme pensaba
De un lugar deconocido, Edward sacó un condón y se lo puso a instante, tomó su pene con una de sus manos y lo llevó hasta la entrada de Bella, poco a poco, sabía que debía ser paciente Con cuidado Edward...con cuidado...es su primera vez...tranquilo...tranquilo... se adentró en ella, primero la punta, luego todo lentamente, sintió topar con algo... sabía lo que era
-¿Estas segura?- preguntó, ella sólo asintió. Empujó duro hasta la base, Isabella soltó un gritito, placer y dolor. Bella sentía dolor, mucho dolor, pero trataba de no demostrarlo
-¿Estás bien?
-Si- dijo -Sigue
El dolor pasó para dar paso a una nube intensa de placer, Edward comenzó a moverse dentro de ella, lento y acompasado -Más rápido- pidió Bella. Edward tomó uno de sus senos y comenzó a chupar de uno de ellos, con la otra mano masajeaba el otro, Bella gemía alto y él adoraba eso
A los minutos ambos oían el chocar de sus caderas, Edward empujaba hasta adentro rápidamente, salía y entraba a un ritmo demencial. Una burbuja iba naciendo en el vientre de Bella, una opresión de placer estaba en su pecho, caa vez más rápido, Edward gemía en su oído alentando a su orgasmo que llegó como una bala, su cuerpo vibraba y a la vez sintió como Edward se vaciaba en su interior, sin dejar de moverse lento dentro de ella.
Edward cayó agotado a su lado, y la arrastró con él para abrazarla, besó su frente -Eres hermosa Mi Bella, hermosa- susurró y a Bella se le ablandó el corazón, colocó una mano sobre su pecho pero Edward inmediatamente se levantó y volvió con una toalla con hielos, se inclinó para limpiar la entrepierna de Bella que tenía un poco de sangre, Bella sintió que el dolor comenzaba a calmarse, Edward regresó para volver a acostarse a su lado
-¿Edward?- le llamó
-Dime Mi Bella
-¿Ya se te ha pasado el enojo?
Volteó a mirarla y sonrió de medio lado -¿Tu que crees?- respondió
-Es que...- musitó -No me gusta que desconfíes así de mí, siento que piensas que yo salgo a la calle únicamente a buscar tíos y eso no es así, y cuando tengo una relación, si así puedo llamarle a esto que tenemos, la respeto, te respeto Edward.
-Lo sé, lo siento- en ese momento Edward se percató del colgante que Bella llevaba en el cuello, lo tomó con un dedo -¿Algún día me contarás cómo fué tu pasada relación?- trató de sonar tranquilo, pero los celos lo invadían y a pesar de que él la había espiado cuando aún estaba James quería escucharlo de sus propios labios, Isabella dudó, ¿se lo contaría a él? ¿Sería capaz? ¿Le tendría la confianza?
-Vámos Bella, dime, cuéntame todo
Ella suspiró y acarició el colgante junto con el dedo de Edward -Esto me lo dió él- dijo mientras daba vuelta al corazón y le mostraba la leyenda "I'm Yours" -Me lo dió una mañana en el instituto- anunció, su mirada se perdió en el tiempo...recordándolo -Tenía quince años, vivía en Forks y entonces llegó un chico nuevo al instituto, era alto, rubio y guapo, un día se acercó a mí y me dijo que necesitaba ayuda con la tarea de cálculo, en el almuerzo nos juntamos sólos en una mesa y comenzé a expicarle el trabajo, pero el no paraba de mirarme, así ocurrió durante todos los días un mes completo, hasta que un día cuando yo iba para mi casa me ofreció llevarme. Cuando estábamos en su auto me confesó que yo le gustaba mucho y me pidió que fuéramos novios ¿y cómo podría negarme? Todas las chicas del instituto se morían por él, entre ellas yo. Así fué durante tres años, íbamos a fiestas, estábamos todo el tiempo juntos y veíamos películas viejas, a papá le caía bien y su madre me adoraba, cuando ya llevábamos dos años juntos me confesó que cuando cumpliera dieciocho se haría cargo de la empresa de su padre, en síntesis, era un adolescente millonario. La vida nos sonreía, un día me propuso casarme con él y...- le miró a los ojos -El resto ya lo sabes
Edward asintió -¿Por qué sigues llevando esto?- señaló el collar
-Porque una parte de mí no lo deja ir y quiero tener algo de él aquí conmigo, aunque sé que eso tendrá que terminar pronto, debo dejar que él descanse en paz- dijo
Edward escuchó con atención -¿Y porqué nunca...tuvieron...sexo?- inquirió
-Eso fué extraño, para empezar su madre le había inculcado la idea de que tenía que llegar vírgen al matrimonio y James mantenía eso, además, una parte de mí sentía que él no era el indicado, no me nacía hacer nada con él. Nunca entendi muy bien eso, y pensaba que eso cambiaría el día en que nos casaramos- se encogió de hombros -Claro que eso nunca pasará, Edward, ¿ahora puedo hacerte una pregunta yo?- esperó que el dijera que sí -¿Por qué tus padres nunca van a Cullen Corp.?
Edward se removió -Cuando papá se jubiló, hace como un año, dejó toda la empresa y las propiedades en mis manos, dijo que era tiempo de estar con mamá y de ser buen esposo, así que sólo va a Cullen Corp cuando pasa algo importante o hay junta directiva, y a mamá jamás le gustó la empresa, dice que eso absorbe la vida de los demás
-¿Puedo preguntarte otra cosa?
-Adelante
-¿Cuántas...mujeres has tenido a tu lado?
El alzó una ceja, parecía molesto -Más de las que me gustaría aceptar
-¿Entonces cuándo fué tu última relación normal?
-Cuando tú llegaste- el sonrió
Bella bufó -Esto no es una relación "normal"
-Lo és, tu sabes perfectamente que Victoria no cuenta, si no fuera por ella, tú serías mi novia
El corazón de Bella se saltó un latido para luego empezar a latir desbocado ante tal afirmación
-Edward, es en serio, ¿cuándo fué tu última relación?
Él frunció los labios -Hace cinco años
Ella se sorprendió -¿Tanto tiempo?
-Si
-¿Cómo se llamaba?
-¿Para qué quieres saber?
-¡Sólo quiero saber!
-Tanya... Tanya Denali... y por favor...no me preguntes más de ella
Bella entendió y cambió de tema -¿Y tu hermano Jasper? ¿Sabías que tiene una relación con mi mejor amiga no?- preguntó
-Si, ya lo sabía- dió por terminada la conversación -¿Cómo te sientes?
-Bueno, pues me dá gusto que mi amiga haya...- vió como Edward ladeó la cabeza
-Sabes que eso no es a lo que me refiero, ¿cómo te sientes? ¿no te has arrepentido?
Bella negó -Se a lo que te refieres, no me he arrpentido, me siento bien, más que bien y gracias
-¿Gracias?
-Si, gracias por haber sido tan paciente conmigo- lo abrazó y cerró los ojos, Edward los tapó a ambos con el edredón
-Descansa Mi Bella, mañana te espera un día agitado- ella lo escuchó
-¿Día agitado?¿Qué haremos mañana?- preguntó
-Mañana te llevaré a mi casa...- anunció antes de abrasarla posesivamente e invitarla a dormir, ella no supo que decir ¿Su casa? ¡Dios! ¡Su casa! ¿Que haré yo allí? La madrastra y Blancanieves estaban en un retiro mental, no se les veía por algún lado
-Mmmmm...¿Edward?
-Dime Mi Bella
-¿Me...- tomó aire -¿Me quieres?
Edward exhaló todo el aire de golpe -¿Te refieres a...? ¿A que si te amo?
Ella asintió
El monstruo interior de Edward gritaba desde sus adentros Dile que sí...dile que sí y ella será nuestra para siempre...miente...miente...dile que sí Edward hizo caso
-Claro- respondió después de una eternidad -¿Cómo no podría hacerlo?
Bella se quedó sin aire en sus pulmones ¡El la amaba! ¡La amaba! ¡Aquel Dios griego la amaba!...En ese momento todas sus dudas se disiparon... ella también lo hacía
-Yo también Edward, yo también te amo- confesó antes de dormir
Edward veló su sueño, se quedó ahí hasta que ella se quedó dormida, su monstruo interior hablaba por él Al fin ella es toda nuestra, ¿que sientes?, estuviste dentro de ella, la poseíste, la embestiste, la follaste, ahora es tuya...justo como querías...le mentiste...mentiste Edward acarició su mejilla Si Bella, ya eres mía... sólo mía, yo fuí el primero y el único, el único, no habrá nadie...lo mato...¡te mato!...¡El único que puede estar dentro de ti!...¡Nadie!...¡Nadie!...Eres tan suave y estrecha...tan...delicada...no te merezco...lo sé...pero eres mía...¡Yo soy tu dueño!
No durmió en toda la noche, se dedicó a mirarla y a observar cada uno de sus gestos al dormir...ella hablaba en sueños...hablaba más que cuando estaba despierta.

OoO

Isabella se levantó a las dos de la mañana y Edward no estaba a su lado, se envolvió en la sábana y caminó fuera del cuarto, al parecer Edward hablaba por teléfono, estaba recargado en la ventana, Bella se pegó a una de las paredes ara ecuchar y que el no la viera
-Victoria ya te dije que no me molestes- se le oía la voz enojada -No...ni iré mañana a tu departamento...tampoco puedo salir mañana contigo...tengo cosas que hacer...¡no estoy con nadie!...¡Yo no tengo amantes!...vete de compras a París...¡déjame en paz!...te giraré un cheque...si ya sé...luego...hasta luego- le colgó
Bella se mordió el labio y bajó la cabeza, se sentía mal por Victoria, estaba tentada de terminar eso que tenía con él... ella no servía para ser amante de nadie, cuando vió que Edward se daba la vuelta hacia la habitación corrió de puntitas hasta la cama, haciéndose la dormida. Edward entró al cuarto y volvió a acostarse a su lado
-¿Quién llamó?- preguntó ella sin poderse contener
-Mi madre- mintió -Quería saber si estaba bien
Ella, sin darse la vuelta, entornó los ojos -¿A las dos de la mañana?
-Si- contestó seco -duerme
Blancanieves reclamaba desde su cabeza a Bella, estaba cruzada de brazos mientras golpeaba el suelo con su pequeño pié ¿Por qué reclamas?...No tienes derecho...a fin de cuentas sólo eres su... Bella calló a su mente antes de que pronunciara aquella palabra...
-Pero no quiero dormir- respondió mientras se daba la vuelta dándole la cara a Edward y éste sonreía mientras la tomaba por la cintura y la acercaba a él
-¿A no?- inquirió -¿Entonces que te apetece hacer Mi Bella?
Ella se mordió el labio y se encogió de hombros
-Bueno- dijo Edward relamiéndose los labios -Yo si sé lo que me gustaría hacer
Antes de que Bella pudiera darse cuenta lo tenía a el sobre su cuello, cerró los ojos dejándose llevar por las sensaciones, aquello se sentía tan bien, aquello se sentía tan bueno... y tan nuevo.

OoO

Tanya sonrió mientras aterrizaba en el aeropuerto JFK, ahora estaba en donde quería estar, cerca de él. Se regocijaba de sí misma, lo tenía en la mira...lo vigilaría. Estaba herida, él la había abandonado, la había dejado sóla.
Te voy a joder Edward...vas a ser mío...te voy a joder... pensaba

OoO

Canción: Sexy Silk
Artista: Jessie J