Y hacemos el amor como dos locos. Es obvio que allá afuera escuchan los golpes en la puerta y los gemidos, los jadeos.
Mi primer orgasmo llega, pero no dejo de moverme porque quiero más. Edward cumple mi deseo, sale de mí y me gira para quedar de espaldas a él. Alza una de mis piernas y entra otra vez en mi. Mis pechos desnudos se endurecen por el frío acero de la puerta.
−Eso es nena… así…
Gimo, no lo soporto. Y me libero otra vez, los espasmos no paran y sigue y sigue y sigue.
No sé cómo pero terminamos tumbados en el sillón, jadeando por aire.
−¿Satisfecha?− me pregunta.
−Sí… más que eso.
Se incorpora y se viste de nuevo. Yo hago lo mismo y me pongo mi bolso al hombro.
−Te veo en la casa.− lo beso.
−Ya quiero hacerlo− contesta.
Me acomodo el cabello y salgo por la puerta, cuando ya estoy afuera Jessica, Kate y ahora también Hannah, me miran boquiabiertas. Edward sale de la oficina y tira de mi brazo hacia él, luego me da un gran beso frente a todos.
−Adiós nena− se despide.
−Adiós, león− me suelto de su agarre y él desaparece dentro de su oficina y yo en el ascensor.
Suelto una carcajada cuando las puertas se cierran. ¡He perdido la vergüenza!
OoO
−¿Tanya? Sí… después de todo parece que no tendremos que inventar nada.
−¿Qué es lo que conseguiste?
−Algo excelente. Parece que la inocente estúpida tiene un romance con un profesor.
−¿Tienes pruebas?
−Fotos auténticas.
−Bien. Envíamelas ahora.
OoO
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