Yo no sabía lo que pasaba. Me sentía fuera.
Un secreto a voces.
Con paso decidido entré a la oficina de Edward.
–Quiero que me expliques lo que está pasando– dije.
Él arrugó el entrecejo.
– ¿Sobre qué?
Oh Edward… no te hagas el que no sabes nada.
–Para empezar, dime por qué has contratado a ese tal Jacob para sustituir a tu hermano y en segunda, quiero que me digas lo que pasó hace un momento, con Alice y Jasper. ¿Por qué Alice lloraba? ¿Por qué no me dirige la palabra?
OoO
Giré mi rostro, como lo esperaba, ahí estaba, ese tal Jacob sonriéndome.
– ¡Qué sorpresa encontrarte por aquí!– dijo
Forcé una sonrisa, no quería ser grosera con él, después de todo, no me había hecho nada… bueno, nada más que estar diciéndome linda todo el tiempo.
–Ehm… Jacob… estoy de compras y llevo algo de prisa.
–Oh, yo sólo venía por algunas legumbres, pero tú sabes, soy nuevo en la ciudad y no sé dónde están los productos aquí.
Pues búscate a otra persona, idiota.
–Es que… en serio llevo mucha prisa– mentí.
–Prometo no quitarte mucho tiempo, sólo llévame a donde están todas las verduras, por favor.
Busca un letrero colgando del techo que diga “Verduras” y ahí estarán, imbécil.
Me vi forzada a llevarle hasta allá.
–Ahora tengo que irme, adiós.
Comencé a alejarme de él a paso rápido.
–En serio tienes mucha prisa ¿verdad? ¿Acaso Edward te está esperando ahí fuera?
Me detuve en seco. ¿Qué había dicho el imbécil?
OoO
– ¡Es obvio que no me tienes la confianza suficiente, Edward! ¡Recalco mi pensamiento de que yo sólo soy TU MALDITA PUTA! –Isabella, por favor…
– ¡Por favor nada! ¡A la porra! ¡Estoy harta Edward! ¡Harta de que me ocultes todo! ¡No me cuentas nada! ¡Sólo pequeños trozos! ¡Está claro que yo no encajo en tu mundo! ¡No soy para ti!
Edward se giró, en sus ojos había ira y oh no… ¿miedo?
– ¿Qué estás insinuando Isabella?– de pronto su voz es engañosamente suave.
– ¡Yo no estoy insinuando nada, Edward! ¡Te estoy diciendo que se acabó! ¡Esto…!– nos señalé a los dos – ¡Se acabó!
Mi corazón se rompió en mil pedazos al decirlo, pero estaba claro.
Eros se lo había dicho a Psique cuando ella lo había traicionado.
"El amor no puede vivir donde no hay confianza"
No hay comentarios:
Publicar un comentario